Unos quinientos neonazis se preparan en Berlín para marchar conmemorando el 30 aniversario del suicidio de Rudolf Hess, un destacado nazi que sirvió como Führer adjunto del partido desde 1933 hasta 1941.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Hess fue juzgado en Núremberg y condenado a prisión perpetua, en la cárcel de Spandau, por crímenes contra la paz.
La marcha se llevará a cabo el 19 de agosto en el distrito de Spandau, donde Hess fue encarcelado durante 40 años hasta quitarse la vida el 17 de agosto de 1987 a la edad de 93 años. Esta actividad fue titulada “El asesinato no está prescrito – liberen los archivos. Justicia en vez de venganza”.
En estos días aparecieron en Berlín, pegados en las paradas del transporte público y otros lugares de la ciudad, carteles buscando al “Asesino” de Hess, refiriéndose a las múltiples teorías conspirativas que rodean su muerte. Dee hecho, una afirma que el hombre encarcelado era parecido a Hess, mientras que el verdadero fue asesinado por rivales nazis, hecho que el gobierno británico cubrió.
Como la cárcel de Spandau fue demolida para evitar que se convirtiera en un lugar de peregrinación para los neonazis, los extremistas de derecha se reunieron durante años en su tumba, en Wunsiedel, hasta que fue destruida en 2011 y sus restos enterrados en el mar.
El diario local Tagesspiegel señala que la marcha de Spandau es organizada por el mismo grupo responsable de las reuniones neo-nazis en Wunsiedel desde 1988 hasta 2004, que a menudo culminaban en enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
Varios sectores políticos, incluidos sectores de izquierda, se expresaron en contra de la realización de marcha, pues la consideran un “culto al héroe de los criminales nazis”. Los partidos locales y quienes se oponen a la marcha solicitaron a las autoridades locales que no la autorice, alegando que el título de la marcha es sólo una distracción de sus verdaderas metas: “La justificación y la glorificación del régimen nazi”.
Un portavoz del gobierno local declaró que el asunto aún está bajo revisión, pero enfatizó, según el Berliner Zeitung, que “la libertad de reunión es un derecho fundamental”, y que se establecerían restricciones especiales para prevenir cualquier “glorificación” de Rudolf Hess o del régimen nazi.
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