Un ataque Irán podría suceder en meses, dijo el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en una serie de entrevistas televisivas ayer.
“No estamos parados con un cronómetro en la mano. No es un asunto de días o semanas, pero tampoco de años. El resultado debe ser la eliminación de la amenaza de armas nucleares de las manos iraníes”, dijo.
Netanyahu dio entrevistas separadas a los tres canales de televisión israelíes, los primeros que ha dado desde su vuelta de Washington esta semana. Los reportajes serán emitidos mañana a la noche, pero se dieron a conocer algunas partes ayer.
“Espero que no haya una guerra y que tenga éxito la presión sobre Irán”, destacó el primer ministro, quien también agregó que su opción preferida sería que Irán suspenda su programa nuclear y desarme su instalación de enriquecimiento de uranio localizada en un sitio bajo tierra cerca de Qom. “Eso es lo que me haría más feliz. Creo que cada ciudadano de Israel estaría contento”, dijo.
“Tomar decisiones no es el problema; es tomar la decisión correcta. Si no se toma una decisión y no hay éxito en evitar esto, ¿a quién se lo explicaremos? ¿A los historiadores? ¿A las generaciones anteriores y a aquellas que no vendrán después?”, preguntó.
También habló de la ida de su ex jefe de oficina, Natan Eshel, quien fue forzado a renunciar por haber acosado supuestamente a un subordinado. “Tenía una conexión con él de muchos años. Esto es muy doloroso para mí personalmente. Por otro lado lo que dijo, lo que confesó haber hecho, es muy serio. Es algo muy inapropiado y lo condeno”, dijo.
Netanyahu insistió con que apoya a los tres funcionarios que informaron al fiscal general sobre las sospechas contra Eshel: su secretario militar, el general Yohanan Locker; el secretario del gabinete Zvi Hauser; y el ex jefe del Directorado de Información General, Yoaz Hendel. “Que no haya duda: también creo que los hombres que actuaron lo hicieron correctamente. Tenían que quejarse sobre algo como esto”, dijo el mandatario.
Sin embargo, agregó, sus críticas a ellos por no habérselo informado fueron justificadas: “En mi opinión soy el jefe del sistema, como primer ministro, y me lo tendrían que haber dicho”.
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