La ex embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, ha criticado este jueves a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) como una de las agencias más “corruptas” y “contraproducentes” del panorama internacional.
“La agencia de ayuda palestina, la UNRWA, está entre las más corruptas y contraproducentes de todas las agencias de la ONU. El presidente [Donald] Trump hizo bien en abandonarla”, tuiteó Haley el jueves.
“El presidente [Joe] Biden está malgastando millones de dólares de los impuestos estadounidenses y socavando los grandes progresos que se están haciendo en la paz de Oriente Medio”, añadió, en referencia a la reciente decisión de la Casa Blanca de restablecer millones de dólares de ayuda a la organización.
Tras la medida adoptada el miércoles, la UNWRA dijo que celebraba la reanudación de la ayuda estadounidense, que asciende a unos 235 millones de dólares y que había sido suspendida en su mayor parte por Trump en 2018.
“La ayuda estadounidense al pueblo palestino sirve a los intereses y valores de Estados Unidos. Proporciona una asistencia crucial a los necesitados, promueve el desarrollo económico y apoya el diálogo entre israelíes y palestinos, la coordinación de la seguridad y la paz”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
Su decisión de destinar 150 millones de dólares a la UNRWA provocó la ira particular de Israel, que argumenta que la agencia sirve para perpetuar la idea de un problema de refugiados palestinos de una manera que socava el estado judío.
“Creemos que esta agencia de la ONU para los llamados ‘refugiados’ no debería existir en su formato actual”, dijo el embajador israelí en Estados Unidos, Gilad Erdan.
La decisión de Trump de cortar toda la ayuda había dejado un enorme agujero en las finanzas de la UNRWA.
Alrededor de 40 países ayudaron inicialmente a llenar el vacío, pero las contribuciones han disminuido desde entonces y la pandemia también ha hecho mella en los países donantes.
La nueva promesa de ayuda de Estados Unidos sigue estando muy por debajo de los 355 millones de dólares aportados a la UNRWA en 2016 por Estados Unidos, entonces su mayor contribuyente.
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