Nueva publicación muestra la llegada de los judíos al sur de Chile

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La llegada de los judíos a Chile se remonta a 1850 y -específicamente en la Región de la Araucanía- a 1881, con el arribo de Germán Cahan a Traiguén. Desde esa época se fue asentando -y creciendo- una comunidad que en sus principios estuvo marcada por la expulsión y la huida de sus países de origen y luego por el Holocausto.

“Varios sucesos históricos fueron las causas desencadenantes de la emigración de los judíos de Monastir, Salónica, Izmir y de diferentes localidades de Europa hacia otros países del orbe; entre ellos, Chile. Las crisis económicas que azotaron a Europa desde fines del siglo XIX hasta iniciada la Segunda Guerra Mundial; la miseria en que vivían la mayoría de los judíos en las regiones del Imperio Turco, y la obligatoriedad de un servicio militar injusto y discriminatorio hacia ellos fueron, entre muchos, algunos de los factores determinantes que produjeron la primera ola de inmigrantes, entre 1900 y 1912”, escribe el pediatra Jacob Cohen, autor del libro “Desde Macedonia, Turquía y Europa: Judíos en la Araucanía. Una historia en imágenes” (Ril editores, 2016, $70 mil). Estará disponible en librerías después de Fiestas Patrias.

Autor de “Los judíos en Temuco: 100 años de historia”, esta vez Cohen -hijo de judíos inmigrantes de Monastir, y nacido en Temuco en el seno de la comunidad israelita- decidió expandir su campo de investigación a toda la Región de La Araucanía. Por un interés personal, hace 30 años comenzó a reunir documentos y fotografías, “para dejar el registro del desarrollo de esta historia y que no se perdiera con el paso del tiempo”, comenta. Y agrega: “Me planteé hacer un libro con esta historia, relatada a través de la imagen, como si fuera una película”. El libro incluye 2.080 imágenes de archivo y está acompañado de escritos -en español e inglés- que explican la historia de la llegada y el asentamiento de los judíos en la zona.


El relato comienza con la llegada de los judíos a la Península Ibérica, “centro, por excelencia, de la cultura judía en el mundo”, hasta su expulsión, a finales del siglo XV.

Continúa con la descripción de la ciudad de Monastir, en Macedonia. Desde ahí salían con unas pocas pertenencias, y el viaje comenzaba en tren hacia Belgrado, continuando por Génova, donde se embarcaban a Valparaíso. El libro continúa con numerosas imágenes de las familias antes de emigrar. Y termina con la llegada a La Araucanía y la inserción en la vida cotidiana.

Un punto relevante fue la situación en el período de la Segunda Guerra Mundial. Un reciente estudio de la Fundación Memoria Viva concluyó que al menos dos mil judíos pidieron visa en tránsito o asilo en el país antes, durante y después del conflicto mundial.

En la misma época, unos 400 judíos se establecieron en la Región de La Araucanía, afirma Cohen. Acá, la tierra prometida fue Temuco: Chile les ofreció visa a algunos judíos alemanes, austríacos, checoslovacos y polacos, con el requisito de que habitaran exclusivamente en el sur, para estimular el desarrollo agrícola y ganadero de la región, como explica Cohen.

Y es así como hoy, en Temuco, por ejemplo, está la sinagoga más austral del mundo y la más antigua de Chile, de 1937.

“Después de dos o tres generaciones de judíos nacidos en Chile, son ciudadanos chilenos perfectamente arraigados en este país, sin abandonar su milenario legado, orgullosos de sus tradiciones, pero muy leales al país donde nacieron, se educaron y se han desarrollado”, comenta el autor, quien escribe en su libro: “Lo que olvidamos está perdido. Lo que recordamos y plasmamos en historias, libros, fotografías, documentos y escritos, estará eternamente vivo”.

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