El Centro de Diagnóstico Cleveland, gestionado por israelíes, desarrolló un estudio para determinar si los antígenos son producidos por células cancerosas o células normales.
El cáncer de próstata es el segundo cáncer más común en los hombres estadounidenses después del cáncer de piel, con casi 190.000 casos nuevos en 2016, tan solo en los Estados Unidos, y alrededor de 26.000 muertes, según la Sociedad Americana Contra el Cáncer. También es la segunda causa principal de muerte por cáncer en los hombres estadounidenses, después del cáncer pulmonar.
El cáncer de próstata a menudo puede detectarse antes de que surjan los síntomas estudiando la cantidad de antígeno prostático específico (PSA) – una sustancia producida por las células de la glándula de la próstata – en la sangre. Un alto nivel de PSA podría ser indicativo de cáncer y si se lo encuentra en un análisis de sangre, el paciente podría ser enviado a hacerse una biopsia.
Pero aquí está el problema. Ya que el PSA se secreta tanto por las células y las células cancerosas normales, sus niveles podrían estar elevados por otras razones y no necesariamente por cáncer. Sin embargo, más a menudo cuando los médicos reciben una lectura alta, envían a sus pacientes a hacer una biopsia, sólo para estar seguros.
De este modo el Centro de Diagnóstico Cleveland (CDX), fundada en 2013, desarrolló un kit para identificar si el PSA proviene específicamente de las células cancerosas.
Esta misma tecnología también podría utilizarse en otras aplicaciones, para detectar el cáncer de mama y cáncer de ovario, así como para el diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer.
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