Un tribunal francés se pronunciará esta semana sobre la decisión de un alcalde derechista de prohibir las comidas que no contengan cerdo en las escuelas para los musulmanes y los judíos. El Alcalde Gilles Platret anunció en marzo que los alumnos de la ciudad de Chalon-sur-Saone, cerca de Dijon en el este de Francia, ya no tendrían garantizada una opción que no incluya cerdo al mediodía desde el inicio del próximo año escolar en septiembre.
Tras la ridícula pronunciación, se desencadenó la controversia en todo el país, incluso dentro de su partido Republicano, liderado por el ex presidente Nicolas Sarkozy.
El ministro de Educación Najat Vallaud-Belkacem acusó a Platret de “llevar a los niños como rehenes” con su política.
La Liga de Defensa Judicial Musulmana presentó una demanda judicial, cuyo abogado, Karim Achoui, dijo que “un niño sería extremadamente traumatizado si es obligado a comer cerdo después de que se le ha educado que está prohibido alimentarse con este”.
Otro miembro del grupo, Jean-Baptiste-Jacquenet Poillot, dijo que la remoción de las opciones que no contengan cerdo, es una violación a las leyes estrictas de Francia sobre el laicismo, que eran de promover “la integración, no la asimilación”.
El abogado del alcalde respondió en un comunicado a la corte que las leyes sobre el laicismo no obligan a las autoridades a “dar a cada uno lo que necesitan para ejercer su religión”.
El año pasado, el líder de extrema derecha Marine Le Pen dijo que las escuelas ya no podían ofrecer alternativas sin carne de cerdo en los pueblos que eligieron a su partido, el Frente Nacional.
Platret ha argumentado que “el 40 por ciento de los niños en las escuelas de la ciudad no comen carne en absoluto porque no esta no era halal y lo compensaron con verduras adicionales”.
Desde 1984 que, en las distintas escuelas de Francia, se ofrecen alternativas a la carne de cerdo.
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