Dos días después de que 21 miembros de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas fuesen secuestrados por rebeldes sirios en el pueblo Jamlah, situado a menos de una milla de los Altos de Golán controlados por Israel, otros ocho monitores de la ONU de Filipinas abandonaron sus puestos hoy y cruzaron la frontera hacia Israel.
Se les ordenó a los soldados, que pertenecen a una fuerza de la ONU que ha patrullado una línea de cese de fuego entre el Estado Judío y Siria por casi cuatro décadas, que abandonen su puesto por temores a que los rebeldes intenten capturar a más fuerzas de paz.
Una tropa de la Fuerza de Defensa de Israel en Golán se encontró con ellos en una de las entradas en la frontera junto con personal de la ONU que llegó desde el lado israelí de la frontera. El ejército israelí destacó que sus soldados no cruzaron para traer a los monitores. Debían transportarlos hasta la base Ein Zivanit de las Naciones Unidas, localizado cerca del Cruce Quneitra.
Hace dos semanas Croacia anunció que estaba retirando a sus 100 tropas de la zona de amortiguamiento que separa a Israel y Siria. El gobierno croata dijo que tenía miedo por la seguridad de sus soldados luego de que haya informes de que Arabia Saudita había comprado armas de Croacia y luego las había proveído a los rebeldes sirios.
Mientras tanto, el gobierno filipino dijo que los rebeldes sirios no pudieron liberar a los 21 monitores de la ONU filipinos que fueron secuestrados este miércoles y que se mantienen firmes con sus demandas de que se reposicionen las fuerzas del gobierno sirio antes de entregarlos.
El vocero del Departamento de Asuntos Externos de Filipinas, Raúl Hernandez, dijo que se esperaba que los rebeldes liberen a los prisioneros hoy. “No sé exactamente lo que pasó, por qué no ocurrió la liberación esperada, pero la demanda sigue allí” para que las fuerzas sirias retrocedan, le dijo a periodista en Manila.
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