(Interpretación al Español)
Excelentísimo señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; señor Presidente del Senado; señor Ministro Francois Rebsamen.
Señoras, señores Embajadores; señor Cónsul General; señor Prefecto de Región; colegas selectos del Consejo Municipal.
Señoras y señores:
Es un inmenso honor y una gran alegría recibir en Visita de Estado aquí, en la Ciudad de Marsella, al excelentísimo señor Enrique Peña Nieto, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
En este año de conmemoración del septuagésimo aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, su presencia en este territorio, señor Presidente de la República, es un gesto muy fuerte, un eco y un vínculo de amistad y de cooperación que unen a ambos países, México y Francia.
Un gesto fuerte, también, en dirección de nuestra región y de la ciudad, que recuerda la comunidad de valores y de destinos como compañeros de armas que hemos luchado juntos, y nos hemos levantado frente a lo inaceptable.
Como Gilberto Bosques, Cónsul General de México en Marsella, de 1940 a 1942. Y nuestra ciudad quiere honrarlo otra vez, hoy día, a petición del señor Presidente de la región, señor Michel Vauzelle, para dar testimonio a este destacado diplomático, su gran gratitud.
En este periodo sombrío de nuestras historias, este hombre muy destacado y muy famoso ha llevado una actividad de resistencia muy importante, que ha sido una luz para miles de refugiados y de oprimidos que huyen de los regímenes fascistas y nazis.
Ha entregado visas, el americano, el cónsul americano lo hacía, también, para los judíos, pero entregó visas, alojamiento, pasajes de transporte hacia puertos africanos que era una escala hacia México, Brasil o Argentina.
Desde sus oficinas, en la Plaza de Stalingrad, ha creado una verdadera red diplomática, humana que ha permitido salvar a miles de niños, de mujeres y de hombres.
Ese era Gilberto Bosques. Un hombre de gran cultura y de muchas convicciones, tanto pedagogo como periodista, jurista y filósofo; combatiente revolucionario y diplomático de la libertad.
A nombre de los colegas del Consejo de la Alcaldía, señor Presidente, me da mucho gusto que nuestra ciudad pueda participar en esta obra de memoria, símbolo de un humanismo republicano, inscrito en el corazón y en la mente de cada quien.
Sabemos que es muy difícil evocar estas horas dolorosas de nuestra historia, pero en lugar de olvidar estos tiempos abominables tenemos que recordarlos, y eso ya lo escribía Voltaire, para dar testimonio de lo que ya no queremos volver a vivir.
Esta ceremonia, señor Presidente de la República.
Señor Presidente del Senado.
Y todas las personalidades que lo están acompañando.
Esta reunión hoy día como selectos de la Ciudad de Marsella y de la Región PACA y del Departamento Charles De Gaulle, en la misma emisión, estamos aquí para evocar a un héroe, a un justo dentro de los justos: Gilberto Bosques, que ha permitido que triunfe la libertad y la tolerancia, y la libertad, contra el totalitarismo y la barbarie.
En noviembre de 1942, Gilberto Bosques ha sido asignado a residencia en Alemania, felizmente ha sido liberado en abril de 1944; ha sido aclamado, aplaudido por miles de refugiados o mexicanos judíos, españoles, cuando bajó de su tren en la Ciudad de México.
Ha sido embajador en la postguerra y falleció centenario en 1995.
Esta placa que vamos a inaugurar con usted, excelentísimo señor Presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos, la vamos a inaugurar en su memoria.
La vamos a descubrir dentro de poco y es un gran testimonio haber presentado el triunfo del humanismo y la libertad, bajo cualquier forma para triunfar del totalitarismo.
Y la actualidad de este mensaje de paz es muy importante en una hora en la que la barbarie del terrorismo sigue vigente.
Señor Presidente de la República:
Marsella vive hoy día un momento histórico. Su presencia simboliza una relación de confianza muy fuerte y muy prometedora.
Le voy a entregar la Medalla de la Ciudad de Marsella, pero antes quiero decirle unas cuantas palabras al ministro que representa al Gobierno de la República, el señor François Rebsamen, que es Alcalde de la Ciudad de Dijon, hemos trabajado muy a menudo juntos, en la Asamblea de la República.
Y quiero decirles con toda mi consideración, no es el ministro que tiene la tarea más agradable, es una función muy dura. Tiene que luchar contra el desempleo y no es nada fácil.
Y él nos ha recibido y estará con nosotros en la noche. El señor Presidente de la República francesa, concede mucha importancia este tema del desempleo.
Y por eso me da mucho gusto que esté aquí el señor Rebsamen a su lado.
Viva la amistad entre México y Francia.
Y otra vez, quiero decir que Marsella le agradece muchísimo que haya aceptado venir aquí, a la segunda ciudad de Francia, y queremos expresar toda nuestra consideración y esperamos volver a verlo en un futuro y reforzar todavía más los vínculos de amistad.
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