Según el juez italiano Ezio Damizia, los insultos contra los judíos en el deporte no son racismo. La insólita resolución fue tomada luego tras haber absuelto a dos simpatizantes de la Lazio que fueron filmados cantando insultos antisemitas contra los aficionados gitanos del club Calcio Catania.
En concreto, el 30 de marzo de 2013, las cámaras de circuito cerrado del Stadio Olimpico de Roma, lugar en el que Lazio hace de local, capturaron a los dos aficionados gritando las palabras “giallorosso ebreo”, italiano para “judío amarillo-rojo” en referencia a los colores del cuadro de fútbol del club.
Los policías llevaron a los dos sospechosos para investigarlos y luego fueron juzgados por “incitación y odio racial”.
Para el juez, los insultos son “legítimos” dado “el antagonismo histórico entre los equipos”. Incluso justificó su decisión diciendo que el mismo día, los aficionados romaníes ni siquiera estaban presentes en el estadio. En su esencia, la sentencia parece legitimar tanto los cantos abusivos, como las expresiones explícitas de antisemitismo, siempre que se expresen en el ámbito del deporte competitivo.
Los miembros de la comunidad judía italiana se sintieron decepcionados al enterarse de la reciente resolución judicial en Roma. La jefa de la comunidad judía de Roma, Ruth Dureghello, escribió una mordaz carta de protesta en contra de la decisión judicial, señalando: “Este es, sin duda, un precedente extremadamente peligroso para la justicia en este país”. Dureghello también explicó que el fallo, en la práctica, da legitimidad al uso de la palabra “judío” en su forma más negativa para el uso racista y cualquier otra forma de burla en los eventos deportivos.
Un consuelo para la comunidad judía es el hecho de que el ministro italiano de Justicia prometió estudiar el asunto más adelante, familiarizarse con el fallo y actuar en consecuencia si lo considera necesario.
Por otra parte, un Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento italiano apoyó a la comunidad judía y concluyó que el fallo muestra que “el juez es ciego y sordo o peor”.
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