“Intifooda” es el nombre que los ciudadanos neoyorkinos le dieron a esta nueva guerra entre judíos y musulmanes: Una guerra por el lugar en el que colocan sus carritos de bocadillos kosher y otros de carne hallal en el centro de Manhattan.
Yisrael Mordowitz sirve pechuga y pastrami sándwiches kosher, y denuncia que está siendo bloqueado por la mafia del hallal desde la creación de un local musulmán cerca de Rockefeller Center, según informó el diario israelí Haaretz.
“Este chico tiene hambre – hambre de dinero”, dijo Mohamed Mossad, uno de los proveedores de alimentos musulmanes que luchan para mantener su carro en los Holy Rollers, frente a la esquina de la calle 48 y la Sexta Avenida.
“¿Por qué no va a la calle 47?” Mossad gritó, en una referencia al Distrito del Diamante, donde muchos judios ultra-ortodoxos trabajan. “Acabamos de llegar a este punto en particular, y quieren apoderarse de mí – y matarme, en realidad matan a mi negocio”.
Mordowitz, por su parte, dijo que no es un enemigo de los vendedores hallal. “Pensé que podía traer la paz a Midtown,” Mordowitz dijo al New York Post, afirmando que uno de los vendedores le gritó, en lo que interpretó como una referencia a que los judios abandonen sus tierras, “Esto no es Palestina!”
En tanto que el musulman Mossad insiste en que su queja sobre Mordowitz no tiene nada que ver con que “su contrincante es judio,” sino más bien con la intensa competencia por los clientes y su deseo de ganarse la vida.
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