El primer conservatorio de música clásica de la comunidad árabe israelí junta músicos judíos, árabes y también de otras nacionalidades para un público ansioso de reconciliación y buena música.
Polyphony es el primer conservatorio de música clásica fundado en la comunidad árabe de Israel por el violinista Nabeel Abboud Ashkar, cuyos comienzos musicales le gusta agradecer a su padre, un ingeniero de Nazaret que amaba la música clásica.
Cuenta Nabeel que su padre salió un día a reparar su viejo automóvil, que se dañaba continuamente, y que en el camino conoció a un inmigrante ruso quien le propuso un canje: el auto por un piano.
Así, Nabeel y su hermano Salim, crecieron en un hogar árabe israelí con un piano ruso y música de Tchaikovsky y Brahms. Salim se convirtió en un reputado pianista y Nabeel en un violinista talentoso.
En 2006 Nabeel fundó y dirigió el famoso Conservatorio Barenboim-Said de su ciudad que años más tarde, en 2012, se convirtió en el Conservatorio Polyphony en el que es su director artístico hasta hoy.
“El objetivo del Conservatorio, y de la Fundación Polyphony, es doble: llevar educación musical clásica a la comunidad árabe en Israel y, a través de la música, promover que árabes y judíos trabajen juntos, creando un espacio compartido cuya base sea el respeto y la pasión mutua por la música”, explicó Nabeel.
Músicos también de Latinoamérica
En el concierto inaugural post coronavirus y post conflicto armado entre Israel y Hamás, la Ópera de Tel Aviv acogió a la orquesta profesional de Polyphony y al ensamble juvenil.
“Hoy en día trabajamos con unos 10,000 estudiantes en todo Israel”, señaló Nabeel. “En ciudades árabes y judías, en educación básica, en guarderías… y nuestra orquesta profesional hace giras por todo el mundo e Israel al igual que nuestro ensamble joven”.
Ester Valladares es una chelista hondureña que forma parte del proyecto actual de Polyphony. “Esta es la realidad de Israel representada en una orquesta, todos haciendo música juntos independientemente de la situación, independientemente de las creencias, de la familia, procedencia”, señaló.
“Están muy bien representados los dos gremios principales del país en la orquesta, y yo no estoy en ninguno de los dos, pero sí vivo en el país y también formo parte. Represento a la gente extranjera. No tomamos parte en ningún tipo de disputa y sin embargo somos parte y, por ende, nos afecta todo lo que aquí pasa”, explicó.
Esa noche el ensamble joven interpretó una pieza llamada “Primavera” del compositor, pianista y director Nizar Eljater. El propio Eljater, un árabe israelí de la ciudad mixta de Lod, describió su pieza, tan apropiadamente elegida, de este modo: “Es un tema sobre la primavera, pero no sólo en la naturaleza, sino primavera en el Medio Oriente. Con un poco de tensión, música oriental y música occidental…”.
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