Si estos días pasas por la Catedral de Barcelona te sorprenderá encontrar frente a uno de los edificios más rimbombantes de Barcelona una construcción de las más simples que hay: una cabaña de madera.
Frente al símbolo más obvio del cristianismo, que delimita el antiguo bario judío de Barcelona, esta cabaña, uno de los mayores símbolos del judaísmo, se ha instalado en la plaza Garriga i Bachs, también en pleno Call. Sin conflicto. Como si se tratara de la Barcelona previa a a la expulsión violenta de los judíos, las dos religiones conviven visiblemente por unos días en Ciutat Vella gracias a Sukot, la fiesta que simboliza la cabaña que ahora todxs lxs barcelonesxs pueden visitar en el centro de la ciudad,
Sukot, la fiesta de las cabañas en el desierto
La comunidad judía de Barcelona celebra estos días Sukot, la fiesta que rememora la historia bíblica que explica el recorrido de 40 años por el desierto que el pueblo judío tuvo que vivir después de huir de Egipto para dejar atrás la esclavitud y antes de llegar a la tierra prometida.
En este tiempo, los judíos construyeron cabañas para protegerse del sol que hoy son el símbolo de la una fiesta que es una de las fiestas más alegres de la comunidad que es, también, la celebración de la cosecha de otoño y, en términos más generales, el agradecimiento por los «regalos» de la naturaleza durante todo el año.
La cabaña de la plaza Garriga i Bachs busca responder al mandato de la Torá, que por estos días pide a los judíos construir una cabaña temporal construida con elementos naturales que recuerde la precariedad del pueblo en el desierto, y comer y dormir en ella. No hace falta quedarse a dormir, pero quien quiera pueda acercarse a preguntar encontrará una cabaña abierta donde recibir todo tipo de información.
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