El presidente de Francia, Francois Holland, manifestó que la situación en la cual los judíos franceses tienen que esconder su “kipá” -el pequeño gorro tradicional o solideo- es “intolerable”.
Las declaraciones del presidente francés vienen a colación de las recomendaciones del líder de la comunidad judía de Marsella, Zvi Ammar, de esconder su “kipá”, que los identifica como hebreos para disminuir el riesgo de los ataques antisemitas.
“Es intolerable que en nuestro país, los ciudadanos sean atacados y golpeados por hacer uso de su libertad religiosa, y deban esconder su fe”, manifestó Holland.
Ammar instó a no vestir kipá a raíz del ataque reciente contra un maestro judío. Benjamín Ansalem, un judío ultra ortodoxo, que vive en esa ciudad del sur de Francia, fue atacado con un machete por un joven turco de origen kurdo, de quince años, que fue detenido tras una breve persecución.
El agresor reivindicó actuar en nombre de Alá y del Estado Islámico porque “el Ejército protege a los judíos”, y fue transferido a la Subdirección Antiterrorista (SDAT) de la policía francesa en Levallois, a las afueras de París, a la espera de su presentación ante el juez.
Zvi Ammar, indicó que esa decisión simbólica, fue tomada a la espera de que “esos bárbaros se calmen” y las “cosas vuelvan a ser más razonables”.
“Es mejor que los miembros de la comunidad judía que llevan la kipá no se distingan y se la quiten de forma provisional”, señaló Ammar, quien subrayó que ese llamamiento no supone “ceder ante los terroristas”, sino que busca “preservar vidas humanas”, porque no es posible poner un guardaespaldas por persona.
Según el Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia (CRIF) en Marsella, la segunda ciudad más poblada del país, con más de 855.000 habitantes, hay cerca de 70.000 judíos.
El rabino principal de Francia, Haim Korsia, rechazó las recomendaciones de Ammar, indicando que “no podemos rendirnos, continuaremos vistiendo nuestra kipa”.
A raíz del aumento de los ataques antisemitas en Europa, el Rabino Jefe de Israel, David Lau, se reunió con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, y le pidió garantizar la seguridad de los judíos europeos.
Con respecto al llamado a los judíos franceses a esconder su kipá; el rabino Lau rechazó la idea e instó a los judíos franceses a continuar como de costumbre.
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