Una comunidad judía ultraortodoxa destrozada por la muerte de siete niños al incendiarse su casa efectuó el domingo su funeral, un día después de la tragedia que aparentemente se produjo por una hornilla encendida para el descanso del sábado.
Ante la desgracia, algunos judíos del vecindario han comenzado a reconsiderar la práctica de dejar encendidas las hornillas eléctricas durante el sábado, una práctica común moderna para respetar la tradición que prohíbe el uso de fuego durante ese día sagrado en esta religión.
Los restos de los siete hermanos de entre 5 y 16 años que murieron el sábado serán trasladados a Israel para ser enterrados.
La ceremonia religiosa en la casa funeraria Shomrei Hadas comenzó con oraciones en hebreo acompañadas de las voces de lamento de los dolientes. Altavoces emitían el sonido para que el rito fuera escuchado por los centenares de personas que llevaban trajes negros y sombreros de ala plana del mismo color que se habían congregado afuera en las calles.
“Eran tan puros”, dijo Gabriel Sassoon entre sollozos cuando leía el panegírico dedicado a sus hijos. “Mi esposa tuvo espíritu de lucha”.
La madre y la hija que sobrevivieron al fuego -Gayle Sassoon y Siporah Sassoon, de 14 años- continuaban en estado crítico conectadas a respiradores.
“Mis hijos eran increíbles. Eran los mejores”, señaló el padre, quien los describió como “ángeles”.
Horas antes, en la casa destruida en la avenida Bedford un policía vigilaba mientras contratistas cubrían las ventanas con hojas de madera chapada.
Los menores, miembros de una familia de judíos ortodoxos, dormían en su vivienda del barrio de Midwood, en Brooklyn, cuando una placa eléctrica utilizada para mantener comida caliente falló e inició un fuego que se extendió rápidamente por toda la casa.
Solo la madre y una de sus hijas, de 15 años, sobrevivieron, al saltar desde una ventana en el segundo piso del edificio, y continúan hoy ingresadas en estado crítico.
Siguiendo la tradición judía, que establece que los funerales deben celebrarse cuanto antes tras la muerte, los niños fallecidos han sido despedidos este sábado en una ceremonia a partir de las 15:00 hora local (19.00 GMT), informó el concejal Mark D. Levine.
Los cuerpos serán luego enterrados en Israel, donde la familia vivió hasta hace unos dos años.
El padre de la familia, Gabriel Sasson, un hombre muy religioso según dijeron los vecinos a medios locales, se encontraba participando en una actividad con motivo del Sabbath cuando se registró el incendio.
Las autoridades indicaron que el fuego inició por un fallo en una placa eléctrica instalada en la cocina y que era utilizada por la familia para mantener comida caliente para el día siguiente.
La práctica es habitual entre los judíos ortodoxos, que tienen prohibido encender fuegos o aparatos eléctricos durante el Sabbath.
En el incendio murieron tres niñas de 6, 11 y 16 años junto a cuatro niños de 5, 8, 10 y 12 años, que fueron atrapados por las llamas que ascendieron rápidamente al segundo piso de la vivienda unifamiliar, desde la cocina situada en la planta principal.
El incendio es el peor que se registra en Nueva York desde marzo de 2007, cuando diez inmigrantes de Mali, incluidos nueve niños, murieron en un fuego declarado en una vivienda de madera en el Bronx.
Baruj Daian HaEmet