La semana pasada comenzó con violencia en el asentamiento judío Bet El, en la Margen Occidental, donde la demolición de dos edificios en construcción por orden de la Corte Suprema de Justicia devino en enfrentamientos entre unos 200 jóvenes y efectivos de seguridad. Poco después, seis personas fueron apuñaladas durante la Marcha del Orgullo Gay en Jerusalem, por Ishai Shlisel, un judío ortodoxo que acababa de cumplir una codena de diez años de prisión por el mismo delito. Esa misma noche, en la aldea palestina Duma, el bebé de 18 meses Ali Saad Darwabshe murió, y sus padres y hermano resultaron gravemente heridos cuando su casa fue atacada con botellas incendiarias y consumida por el fuego. En diálogo con la Agencia Judía de Noticias Itzjak Hertzog expresó: “Hay una lucha interna entre distintos grupos de la sociedad israelí y las que buscan la paz, la igualdad y la cordura son las que vencerán”.
A todos estos actos siguieron expresiones de repudio y condena de casi todos los sectores de la sociedad israelí y de inmediato se organizaron varias manifestaciones para expresar el rechazo a la discriminación y la violencia.
Anoche, en la ciudad de Tel Aviv, el intendente de la ciudad, Ron Juldai, abrió la manifestación a la que acudieron más de diez mil personas, de todas las edades. El ex presidente Shimon Peres fue recibido con calurosos aplausos del público y dijo: “Me siento orgulloso de estar hoy aquí, pero permítanme decir también algo personal: también siento vergüenza”.
Sin mencionarlos, Peres apuntó contra funcionarios y legisladores del gobierno cuando dijo: “Esta noche, hay que quitarse las máscaras. Quienes llaman a la Marcha del Orgullo Gay la marcha de las bestias, no debería sorprenderse cuando alguien apuñala a una niña de 16 años. Quienes incitan al odio contra los árabes, que no se sorprenda cuando se incendian iglesias, mezquitas y finalmente se quema vivo a un bebé en medio de la noche”.
Hubo alocuciones de estudiantes, miembros de movimientos juveniles y representantes de la comunidad LGBT. Hasta ahí los aplausos. Después llegaron los políticos y con ellos las expresiones de rabia y rechazo del público. “Es que no queremos escuchar más palabras como solidaridad, estamos con ustedes y todo eso. A esta altura, las promesas de los políticos me enferman”, comentó uno de los manifestantes, Adir, a la Agencia Judía de Noticias. “Ahora queremos leyes que nos hagan iguales a todos los demás, exigimos que los que nos deben proteger realmente lo hagan”.
Mucho por hacer
“Ésta es una lucha por nuestro hogar, porque cuando se juega con fuego durante tantos años, el hogar se incendia y ésta es nuestra casa, de todos nosotros”, dijo la ex ministra de Justicia Tizpi Livni desde el escenario. El actual ministro de Medio Ambiente, Avi Gabay, del partido de centro Kulanu, prometió desde el escenario “Vamos a hacer y vamos a hacer mucho para corregir esta situación”. Preguntado por AJN acerca de qué acciones concretas piensa tomar, Gabay aseguró que se centrará en la educación. “A partir de ahora la Asociación de Jóvenes LGTB (IGUI por sus siglas en hebreo) podrá entrar en las escuelas, algo que hoy en día está prohibido. Eso es lo más importante, lo que va a evitar la incitación a la violencia en los próximos años. Mientras esto no se produzca, no hay información, y eso es algo que se debe corregir”, explicó el ministro.
“No matarás no viene con asterisco. No matarás a ninguna persona, ninguna comunidad, ningún pueblo ni ninguna otra cosa. Vamos a hacer y vamos a hacer mucho para corregir esta situación”, destacó Gabay.
Pero en Gan Meir, la gente reclamaba a los gritos una nueva legislación. El ministro Avi Gabay se justificó diciendo: “Somos parte de una coalición y no podemos legislar solos. Vamos a presionar para que se legisle mucho más, para que haya más derechos”.
El legislador Yinon Magal, del partido religioso nacionalista Habait Haiehudí (Casa Judía), declaró a AJN: “Yo pertenezco a un partido religioso y esto no está en nuestra agenda básica. Pero creo que cuando suceden estos hechos hay que unirse y manifestar contra la violencia. No creo que Habait Haiehudi, como partido religioso, sea quien debe iniciar este tipo de legislación respecto de la comunidad homosexual”.
Magal lamentó que los organizadores del acto decidieran excluirlo de la lista de oradores, debido a que se negó a firmar un petitorio que exigía la promulgación de nuevas leyes. “Vine simplemente para expresar mi oposición a la violencia de cualquier tipo en la sociedad israelí. Si bien yo soy de derecha y creo en la tierra de Israel unificada y que pertenece al pueblo de Israel y que no se puede crear aquí un Estado palestino, pero al mismo tiempo soy liberal y estoy a favor de la igualdad de derechos. Por eso vine”. Por último, lamentó que no le permitieran subir al escenario: “Ellos querían que firmara un petitorio y les dije que yo no firmo nada. Creo que ellos pierden por el hecho de que yo no hablo, pero todo bien, es decisión de ellos”, expresó Magal.
Manos manchadas de sangre
Uno de los momentos más intensos de la noche se vivió cuando desde el escenario anunciaron que el ministro de Educación y líder del partido religioso HaBait Haiehudí, Naftali Bennet, estaba en camino y pretendía participar en la manifestación. De pronto la gente comenzó a gritar, silbar e insultar, y por momentos parecía que se perdía el control de la situación. Poco después la situación empeoró, cuando el ministro de Energía e Infraestructuras y legislador por el partido
Likud, Yuval Steinitz, subió al escenario y algunos intentaron derribar las vallas que separaban al público del escenario.
Nadie escuchó sus palabras, los gritos y abucheos taparon su voz. De pronto, unas cincuenta personas levantaron sus manos pintadas de rojo mientras vociferaban que el ministro tiene “las manos manchadas de sangre”. De todos modos, al término de su alocución, Steinitz declaró a AJN: “Valió la pena, porque yo no vine para recibir apoyo sino para expresar apoyo a la comunidad homosexual frente al odio y la campaña asesina que existe contra ella. Esperaba que hubiera también una reacción como la que hubo, pero era mi obligación venir y me siento satisfecho con mi presencia hoy aquí. Tengo muchos amigos en la comunidad homosexual, fui el primer ministro que se reunió públicamente y reconoció al grupo homosexual dentro del Likud y estoy muy orgulloso de estar aquí esta noche, incluso si una parte de la gente se opuso a mi presencia”.
Visiblemente molesto, Steinitz rehusó responder a la pregunta de AJN acerca de qué nuevas leyes propondrá su partido para proteger los derechos de la comunidad homosexual. “No voy a entrar ahora en temas de legislación”, dijo el ministro. “Todos nosotros estamos en contra de la incitación a la violencia y el odio hacia la comunidad homosexual”.
“Detectar el problema”
Más allá de reclamos y exigencias, también hubo quienes intentaron comprender el origen de la violencia de estos últimos días en Israel. El líder del Movimiento Sionista (Hamajané HaTzioní) y jefe de la oposición parlamentaria, Itzjak Hertzog, declaró a la Agencia Judía de Noticias: “Hay una lucha interna entre distintos grupos de la sociedad israelí y las que buscan la paz, la igualdad y la cordura son las que vencerán”.
Para Hertzog, “se trata de una lucha de fuerzas que en definitiva nuestra democracia sabrá superar y esto exige una determinación muy muy grande de un sector muy amplio – que también incluye gente de derecha, que no están dispuestos a aceptar el terrorismo ni la violencia sino que desean debatir ideas en forma democrática”.
“Lamentablemente, también entre los judíos hay terroristas, pero al menos nosotros sabemos detectar y reconocer el problema, que es el primer paso para enfrentarlo, y expresamos pesar y un profundo dolor por lo que sucedió en los últimos días”, señaló Hertzog.
Una de las pocas funcionarias que también fue recibida con aplausos, Zehava Galón, líder del partido de izquierda Meretz, explicó a AJN: “Meretz presentó una cantidad de proyectos de ley para dar igualdad de derechos a la comunidad homosexual. Muy a mi pesar, este gobierno y el anterior no apoyaron nuestras propuestas. Por ejemplo, matrimonio civil, prohibición de la discriminación por religión, sexo, orientación sexual, pertenencia comunitaria. Creo que lo que vemos es que durante un largo tiempo hay una continua incitación contra la comunidad homosexual, incitación oficial, de ministros, de legisladores, que en definitiva da legitimidad a la violencia y a lo que sucedió el jueves pasado en Jerusalem”.
En diálogo con AJN, Galón se refirió al incómodo momento que vivió el ministro Yuval Steinitz, ante el rechazo de los manifestantes. “Aprecio al ministro Steiniz, vino hasta aquí y se metió en la boca del lobo. No fue algo fácil”, dijo Galón, y agregó: “Sin embargo, él representa la política de un gobierno oscurantista en el que hay ministros y legisladores que proponen tratamientos contra la homosexualidad, que dicen que los homosexuales no deben enrolarse al ejército”.
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