La defensa de la actual San Petersburgo frente a 900 días de sitio alemán durante la Segunda Guerra Mundial «fue una lucha en la que los residentes de (la entonces) Leningrado vieron cómo la luz derrota a la oscuridad y el espíritu se sobrepone a las dificultades de los cuerpos», pese a que su hogar era «bombardeado y hambreado por el cruel enemigo nazi» y entre 600.000 y 1.500.000 «niños, mujeres, ancianos y soldados murieron, se congelaron y sacrificaron sus vidas por su ciudad y su patria», incluidos decenas de miles de judíos, destacó hoy, jueves, el presidente de Israel, Reuven Rivlin, en la inauguración del monumento alusivo Vela memorial, en el parque Sacher, de Jerusalem.
“Hemos internalizado profundamente la lección: no hay compromisos con regímenes radicales con ideologías asesinas”, a los cuales «debemos detener a tiempo», pero “a diferencia de entonces, el pueblo judío hoy tiene su propio Estado, fuerte y de avanzada, y quien intente destruirnos recibirá una respuesta dura y decisiva”, advirtió el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en referencia a Irán.
Los residentes de Leningrado, incluidos su padre y su hermano de 3 años, fallecido a raíz del sitio nazi, «tenían un espíritu muy fuerte y creían en la libertad»; por ello, «el monumento que está siendo inaugurado hoy es un símbolo de nuestra memoria común y profunda y honra a los veteranos de guerra», mientras que el mundo no debería olvidar la Shoá y el antisemitismo, afirmó el presidente ruso, Vladimir Putin (ambos en la foto, junto con Sara, la esposa del jefe de gobierno hebreo), quien agradeció el gesto israelí.
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