El fiscal recibió varios mensajes por mail entre 2012 y 2013. Los correos anticiparon el pacto con Irán y la salida de Stiuso de la Secretaría de Inteligencia. La jueza Arroyo Salgado también fue blanco de intimidaciones
El fiscal Alberto Nisman recibía amenazas. Más allá de que no se tiene certeza sobre si se suicidó o lo mataron, aquellas promesas sobre que iba a ser “reventado a balazos” hoy tienen otra entidad. Nadie jamás pensó que su futuro inmediato iba a ser la muerte luego que él como titular de la unidad AMIA denunciara a la presidente de la Nación, Cristina Kirchner, por supuesto encubrimiento del atentado a la mutual judía.
Los mails que recibía Nisman y su entorno familiar, algunos su ex mujer, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, auguraban parte de las escenas que hoy se vinculan al trágico final del fiscal: la falta de respaldo del Gobierno a partir de la celebración del memorando con Irán y la salida de Antonio Stiuso de la Secretaría de Inteligencia (SI). El espía fue durante varios años su principal colaborador en la investigación AMIA.
En 2012 Nisman y su ex recibieron amenazas de muerte por correo electrónico. Nunca hasta ahora se pudo determinar el o los autores y la investigación en poder del juez federal Luis Rodríguez sumó un nuevo capítulo cuando Arroyo Salgado aportó un ejemplar de la Revista Noticias con una extraña marca que simulaba un disparo sobre el rostro del fiscal. La revista le llegó un día antes que Nisman fuese encontrado sin vida en su departamento de Le Parc, en Puerto Madero.
“Vamos a cumplir la promesa de matarte a vos y a tu familia, pero antes vamos a hacerte mierda pública y mediáticamente. Ya logramos que te apartaran de la negociación de la causa AMIA y también logramos que Argentina arregle con Irán sin tu participación”, le escribieron al fiscal a su correo [email protected] el 6 de noviembre de 2012. El remitente era del mail [email protected] , y la identidad utilizada no fue casual: Iván Velázquez es un ex agente de la SI y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que investigaba Arroyo Salgado como parte de una banda dedicada a hackear mails de dirigentes políticos y famosos.
Ese mail también adelantó lo que iba a terminar materializándose apenas dos meses después, el acuerdo con Irán por la causa AMIA mediante el cual los iraníes sospechados en el expediente iban a poder ser interrogados en su país. El pacto fue criticado por una parte de la comunidad judía y hoy está suspendido luego que la Justicia declarara su inconstitucionalidad.
Fuente:Infobae
Artículos Relacionados: