Me conmovió profundamente la noticia del fallecimiento de uno de los más grandes eruditos musulmanes de la actualidad: Fethullah Gülen, fundador del prestigioso Movimiento Hizmet. Grande entre grandes, sabio, predicador, pensador, visionario. Un hombre que este mundo necesitaba por sus ideas pacifistas y gran propulsor de la tolerancia religiosa.
Tuve el alto honor de conocerlo el año pasado en su casa de Pensilvania. Viajé con un pequeño pero granado grupo de peruanos y turcos desde Nueva Jersey hasta su morada, con la esperanza de verlo, aunque sin confirmar por su frágil estado de salud.
Cuando apareció sentimos que nos transmitía una impresionante fuerza espiritual y bondad. Era muy carismático y con ideales muy firmes. En síntesis, era un hombre bueno que miraba a todos con dulzura y apacibilidad.
Sus enseñanzas, su altruismo y su compromiso de toda la vida por la educación, la ciencia, la paz, la defensa de la democracia y la tolerancia interreligiosa, la importancia de la ética en la vida diaria y la responsabilidad social, ha inspirado a millones de personas, no solo en su adorada Turquía, sino en todo el mundo.
Fue reconocido por diversas instituciones internacionales, reiteradamente, como una de las figuras religiosas e intelectuales públicos más influyentes. Recibió numerosas distinciones entre ellas el Premio de la Paz 2011 del East West Institute, el Premio de la Paz Manhae 2013 y el Premio de la Paz Gandhi Rey Ikeda 2015. También fue nominado varias veces al Premio Nobel de la Paz.
Su filosofía de paz, la no violencia, es comparada a la de Martin Luther King y Mahatma Gandhi. Ha escrito más de 400 libros, muchos de ellos se encuentran traducidos en más de 33 idiomas. Estaba convencido que una buena educación promovía la paz y la prosperidad. Por eso funda cientos de colegios y universidades, en más de una centena de países.
Creó el Movimiento Hizmet, que es considerado el más pacifista del mundo islámico e inspirado en la fe musulmana y propulsora de valores, pero que es abierto a todas las confesiones religiosas. Hizmet significa en turco “servicio”, por lo que la organización y sus miembros -como una práctica espiritual-, mediante ONG, escuelas, colegios, hospitales y agencias de socorro sirven a personas de todo el mundo.
Gülen se nos fue, pero nos dejó su legado: el Movimiento Hizmet, y sus integrantes deberán continuar con más fuerzas sus enseñanzas, sus ideales, la razón de ser de su existencia. Queda en ellos y en todos los hombres de buena voluntad que busquen continuar con sus sabidurías terrenales y celestiales, la perduración de su obra por el bien de la humanidad.
Mis más sentidas condolencias a toda la comunidad en el mundo y especialmente en el Perú.
*Premio mundial de periodismo “Visión Honesta 2023”
Artículos Relacionados: