Dirigido por Sarah Colt, el documental rechaza la casi consensuada percepción de Disney como una persona que rozaba los extremos de la derecha en sus simpatías políticas, posturas que lo llevaban al antisemitismo y la simpatía por el régimen nazi.
De acuerdo a Colt, no hay razones para seguir pensando eso. La directora y también productora, dice que no hay pruebas del apoyo o la simpatía de Disney por el régimen nazi. Ese tema no se toca en absoluto en el documental. Que Disney tuviera esas simpatías “no está basado en la realidad”, según Colt, y eso era “irrelevante en relación a quién era. Por lo tanto, no lo trajimos a colación en la película”.
Respecto al antisemitismo de Disney, Colt dijo que el empresario no era más antisemita que lo que habitualmente se era en esa época. Para ella, esas versiones —que siempre han acompañado a Disney desde que éste falleció, en 1966— son responsabilidad de la competencia de Disney.
El documental se estrenará en el mes de setiembre en Estados Unidos.
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