“A veces parece una cosa sui géneris pensar cómo un país como Israel, que 60 por ciento de su presupuesto está dedicado a la seguridad y al ejercito, consigue tener una vida cultural”, dijo en videollamada Yeruham Scharovsky, director de la Orquesta Sinfónica de Israel, a propósito de su presentación en el Festival Internacional Cervantino (FIC).
Sin embargo, agregó:
“En épocas de guerra nunca se ha cancelado un concierto. Así es este país, esa dualidad de, por un lado, darle toda la importancia a la cultura, a la excelencia artística y a la tecnología, y por otro, defender el derecho a vivir“.
A pesar de ser una zona de conflicto, afirmó Scharovsky, Israel tiene grandes músicos que surgen de las academias, como Itzhak Perlman, Pinchas Zukerman, Shlomo Mintz, Gil Shaham y Danielle Akta, una joven chelista de 15 años que será invitada al debut en México de la Sinfónica de Israel, el 13 de octubre, a las 21:00 horas, en el Teatro Juárez.
Scharovsky se refirió a Danielle como una niña prodigio:
“Una chelista de nivel internacional que creció en nuestro país y con nuestro sistema de educación. Para el programa que se presentará en el Cervantino pidió tocar una obra de contenido y profundidad, como es Concierto para violonchelo en E menor Op. 85, del británico Edward Elgar“.
La agrupación que dirige el músico nacido en Argentina es considerada una de las más importantes de Medio Oriente. Se ha presentado en varios países de Europa, Asia y en Estados Unidos. Sin embargo, dijo el director, “no recuerdo una excitación tal como la tienen hoy en día los músicos por los conciertos de su presentación en México“.
Otra de las piezas que interpretará la orquesta es la danza “Hora”, del poema sinfónico Emek, de Mark Lavry. Scharovsky explicó que es una obra legendaria, pero no tiene nada que ver con la situación política actual que se vive en la región.
El director siempre trata de hacer una clara separación entre la política y la tecnología y la cultura.
“Soy director, soy músico, pero también soy capitán paracaidista y fui herido dos veces en la Primera Guerra del Líbano, en 1982, y continué mi vida como artista. Lo peor de la historia es que mi hijo también es capitán de paracaidistas e infelizmente combatió el año pasado en la Franja de Gaza”.
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