Una fuente oficial del principal hospital de la ciudad de Deraa, en Siria, dijo que el nosocomio recibió los cadáveres de al menos 25 manifestantes que fueron asesinados al ser brutalmente reprimidos por las fuerzas de seguridad.
“Todos los cuerpos tienen heridas de balas”, dijo el oficial del hospital.
Los incidentes se registraron al disparar la policía contra los asistentes a los funerales de los fallecidos durante las manifestaciones en esa ciudad, que es escenario desde hace varios días de violentas protestas.
Los cuerpos de seguridad abrieron fuego y lanzaron gases lacrimógenos para intentar dispersar a los miles de personas que participaban en las exequias, lo que provocó la muerte de más de al menos veinticinco personas.
El objetivo de este ataque era irrumpir en el edificio, donde se refugian supuestamente unos 300 manifestantes, a los que la policía acusa de utilizar la mezquita para almacenar armas y municiones.
El templo de Al Umari se ha convertido en centro de los conflictos, y el dilema entre atacar o no al edificio supuso también la muerte de un soldado.
Un miembro del Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que el militar fue agredido por sus compañeros al negarse a atacar la mezquita.
En las cercanías del templo tuvo lugar anoche un ataque contra una ambulancia en el que murieron al menos cuatro personas, según informó la agencia de noticias estatal SANA.
La agencia, que citó a una fuente oficial no identificada, atribuyó el ataque a un grupo armado y señaló que entre los muertos hay un médico, un enfermero y el conductor del vehículo.
Sin embargo, el sitio web opositor “Ajbar el Sharq” ofreció una versión totalmente diferente de los hechos y aseguró que “las fuerzas de seguridad lanzaron un ataque sangriento contra unos mil manifestantes que se encontraban frente a la mezquita”.
Según la web opositora, en el ataque policial murieron seis personas, entre ellas un médico que estaba prestando primeros auxilios, mientras que varias decenas resultaron heridas.
Tras el incidente, numerosos manifestantes se refugiaron en la mezquita, cuyas puertas fueron cerradas por las fuerzas de seguridad, que lanzaron gases lacrimógenos en su interior.
Por otra parte, “Ajbar al Sharq” reveló que las autoridades sirias decretaron el toque de queda por tiempo indefinido en Deraa, algo que no se ha anunciado oficialmente hasta ahora.
Debido al aumento de la violencia, el presidente sirio, Bashar al Asad, destituyó el pasado domingo al gobernador de la provincia de Deraa.
Esta destitución, que ha sido confirmada en un comunicado oficial, se produjo tras la muerte de al menos cinco manifestantes en unas protestas que estallaron el pasado viernes para exigir reformas políticas.
Siria, uno de los regímenes más autoritarios del mundo, vive desde 1963 bajo la ley de emergencia, que impide la convocatoria de manifestaciones públicas, pero en los últimos días se han celebrado concentraciones en varios puntos del país, que hasta ahora no se había visto contagiado por las rebeliones populares que se suceden en diversos países árabes.
Artículos Relacionados:
Una antigua sinagoga en Siria presenta graves daños
Uno de los nueve judíos que quedan en Siria hace un llamado ...
El gobierno islamista sirio modifica los textos escolares y ...
Siria en la Era Post-Asad: ¿Hacia una División Étnica o un E...