La Suprema Corte de Justicia de Israel falló en contra del gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, al dictaminar que la destitución del jefe del Shin Bet, Ronen Bar, fue realizada a través de un procedimiento “indebido e ilegal”. El fallo representa un duro golpe para la administración de Netanyahu, en medio de una creciente desconfianza hacia el manejo de la seguridad nacional.
La destitución de Bar, anunciada en marzo pasado, generó una fuerte reacción social y política. Miles de personas salieron a las calles en todo el país para manifestarse en contra de lo que consideraron una maniobra política destinada a debilitar las instituciones del Estado. Líderes de la oposición, analistas y organizaciones civiles advirtieron que la medida ponía en riesgo la estabilidad democrática del país, justo en un momento de alta tensión por la guerra en Gaza.
El gobierno israelí, sin embargo, retrocedió a finales de abril y anuló oficialmente la decisión de destituir a Bar, un día después de que este anunciara públicamente su intención de renunciar. La renuncia habría sido el desenlace de semanas de tensiones y desacuerdos entre el director del Shin Bet y Netanyahu, particularmente en torno a la respuesta del gobierno ante las amenazas de Hamás.
La disputa escaló hasta llegar a los tribunales. En su demanda, Bar presentó una versión que contradice la narrativa oficial sobre los hechos que precedieron el ataque de Hamás al sur de Israel el 7 de octubre de 2023. Dicho ataque, que tomó por sorpresa a las fuerzas de seguridad y dejó cientos de muertos, desencadenó una nueva fase del conflicto armado en la Franja de Gaza.
En su declaración jurada, Ronen Bar aseguró que el Shin Bet sí había emitido advertencias claras al equipo de seguridad del primer ministro en la madrugada del 7 de octubre. “Esa noche, no se ocultó nada”, afirmó, en un intento por desvincular a la agencia de inteligencia de las fallas en la respuesta del gobierno.
El caso ha puesto al descubierto las profundas fisuras internas dentro del aparato de seguridad israelí, así como las tensiones crecientes entre los altos mandos y la dirigencia política. La Corte, al fallar a favor de Bar, no solo invalidó la decisión gubernamental, sino que también envió un mensaje claro sobre la necesidad de preservar la legalidad y la independencia de las instituciones clave del Estado.
Analistas señalan que este episodio podría tener implicaciones importantes en el equilibrio de poder dentro del gobierno de Netanyahu y en la percepción pública sobre su liderazgo en medio de un conflicto prolongado y una crisis institucional cada vez más evidente.
Muy buena noticia ! Mazel tov !
El gobierno Israelí de extrema derecha, de fanáticos ultranacionalistas y mesiánicos, cree que todo le es y está permitido.
Están destruyendo a Eretz Israël desde su interior y le hacen un daño inmenso y nauseabundo ensuciándolo fisica y moralmente en el mundo entero.
Y lo peor es que ni vergüenza tienen.
Am Israel Haï !
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