El Tribunal Supremo de Israel ha emitido una orden que exige al Estado suspender temporalmente la demolición de la aldea palestina beduina de Jan al Ahmar, en Cisjordania, según el dictamen emitido anoche por la Corte al que Efe tuvo acceso hoy.
El Supremo dio de plazo hasta el próximo miércoles a las autoridades israelíes para responder a la orden temporal, que fue solicitada por los residentes tras el rechazo del Estado a examinar el plan propuesto por los palestinos para legalizar la aldea.
Doce representantes de países opuestos a la demolición, entre ellos España, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, visitaron ayer Jan Al Ahmar, y también unos 20 activistas israelíes de extrema derecha para exigir lo contrario, que la demolición se llevase a cabo, informó hoy la radio nacional Kan.
En la aldea, sobre la que pesa una orden de evacuación y demolición por construcción ilegal, viven cerca de 200 personas, según la ONU, y está situada en la zona C de Cisjordania, bajo completo control israelí, responsable de emitir los permisos de edificación.
Esta población beduina está afectada por los planes israelíes de la creación del corredor E1 para unir Jerusalén con la colonia Maale Adumim, y la ampliación de asentamientos colindantes en territorio palestino ocupado.
Tras un año de batalla legal, el Tribunal Supremo aprobó la demolición de Jan al Ahmar en mayo pasado.
El Estado israelí argumenta que la comunidad fue construida sin los permisos pertinentes y que sus estructuras -de metal, madera y otros materiales precarios- son peligrosos para los residentes del pueblo por su proximidad a una autopista.
Sin embargo, los que se oponen a la demolición dicen que a los habitantes de Jan al Ahmar, que residen en el lugar desde los años 1950, después de que el Estado los expulsara de sus casas en la región del Néguev, no les quedó otra alternativa que construir sin permiso, ya que éstos muy rara vez son concedidos a palestinos en ciertas zonas de Cisjordania.
Representantes de la ONU en Palestina se unieron ayer a las peticiones nacionales e internacionales de detener la demolición del pueblo y exigieron a Israel que “respete la ley internacional”.
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