Una de las sinagogas más grandes de Montreal fue encontrada el miércoles con las puertas pintadas con spray con grandes esvásticas, y un guardia de la sinagoga jugó un papel en la detención del hombre sospechoso del vandalismo.
Según los informes, el hombre que fue detenido llevó un bote de gasolina a la Congregación Shaar Hashomayim, una sinagoga ortodoxa moderna de 160 años de antigüedad que es conocida internacionalmente por nutrir y enterrar al legendario cantante y poeta Leonard Cohen.
La policía fue convocada al lugar a las 13.30 hs. del miércoles y arrestaron a un hombre de 28 años que dijeron que serían evaluados por problemas de salud mental, según informes de noticias locales.
Grupos judíos canadienses condenaron el vandalismo.
La sinagoga, como otras en Montreal, está actualmente cerrada debido a la pandemia de COVID-19. Ese fue también el caso en mayo, cuando los vándalos saquearon otra sinagoga ortodoxa de Montreal, destruyendo sus rollos de la Torá en el proceso.
El alcalde de Westmount, el suburbio de lujo donde se encuentra la sinagoga, emitió un comunicado condenando el vandalismo.
Pero el rabino de la Congregación Shaar Hashomayim, Adam Scheier, dijo a los medios locales que había llegado a esperar incidentes antisemitas.
En 2019, Canadá experimentó un número récord de incidentes antisemitas por cuarto año consecutivo, y se volvieron más violentos.
Según la auditoría anual de B’nai B’rith, los 2.206 incidentes reportados en 2019 representaron un aumento del 8% respecto al año anterior.
La comunidad judía es la minoría religiosa más atacada en Canadá.
Los incidentes violentos aumentaron un 27%.
Incluyeron a niños jasídicos rociados con alquitrán por trabajadores de la construcción en Montreal y a adultos ortodoxos asaltados en el área de Toronto.
Entre los incidentes generales, Ontario experimentó un aumento del 62.8% y en Quebec creció un 12.3%.
Las áreas fuera de esas provincias, sin embargo, experimentaron descensos.
La auditoría señaló que el año pasado, el gobierno canadiense adoptó la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo de la Shoá.
En diciembre de ese año, la canadiense Universidad McGill expresó su profunda preocupación por el “debate crecientemente polarizado entre algunos miembros de la comunidad y las asociaciones estudiantiles sobre cuestiones políticas, en particular respecto al Estado de Israel”.
“Estamos muy perturbados por la votación realizada el 28 de noviembre de 2019, en el Consejo Legislativo de la SSMU (Sociedad de Estudiantes), en relación con algunos líderes inscriptos en el programa Cara a Cara de Hillel Montreal para visitar Israel y los territorios”, en la cual fue “deliberadamente aprobada una moción” que instó a renunciar a su puesto a Jordyn Wright, quien también forma parte de la Comisión Directiva de ese ente de alumnos, aseguró el subdirector para la Vida y el Aprendizaje Estudiantil, Fabrice Labeau.
Paralelamente, otros jóvenes publicaron una carta abierta en la revista de la institución, Bull & Bear, en la cual advirtieron que “la naturaleza tóxica de (esa) conducta podría afectar ampliamente la cultura del organismo estudiantil de McGill”, ya que “la dirección del debate se centró en un miembro específico, de una manera sorprendente e injustificada”.
Ello se dio en paralelo con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio modernizado entre Canadá e Israel (CIFTA) el 1 de septiembre de 2019, que brinda a Canadá e Israel más oportunidades para expandir su asociación económica.
La culminación de más de nueve años de reuniones y negociaciones, que se comprometieron con el entonces Primer Ministro de Canadá Stephen Harper y el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, CIFTA tiene como objetivo reducir las barreras técnicas al comercio, resolver los acceso al mercado y crear nuevas oportunidades para empresas agrícolas, agroalimentarias y pesqueras en el mercado israelí.
El comercio entre Canadá e Israel se triplicó llegando a 1,8 mil millones de dólares en los últimos diez años, resta ver cómo mejorar esos números.
Las empresas israelíes, si quieren crecer a un tamaño considerable, deben pensar globalmente en lugar de a nivel nacional y eso implica abrir oficinas en los Estados Unidos.
En 2017, el Foro Económico Mundial votó a Montreal, Vancouver y Toronto como tres de las 25 principales ciudades de alta tecnología del mundo.
Varias compañías israelíes de alta tecnología reflejan el cambio en la forma en que los empresarios israelíes y las compañías de alta tecnología ven los mercados de capitales canadienses y la creciente importancia del ecosistema de innovación de Canadá.
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