Un mensaje falso, enviado por un doble agente español, aceleró el final de la II Guerra Mundial.
Un documento recientemente publicado revela el papel crucial que tuvieron los expertos británicos que descifraban códigos durante la invasión aliada de Francia en 1944 y, sobre todo, un “inconsecuente” empresario español Juan Pujol García que se había ganado la confianza de los nazis. Fue una audaz “jugada” que engañó a los nazis y acortó la Segunda Guerra Mundial.
Un plan británico elaborado durante la guerra logró convencer a Adolfo Hitler que el desembarco aliado del denominado Día D iba a tener lugar en el Paso de Calais y no en la costa de Normandía, como sucedió. Y la distracción resultó crucial para garantizar el éxito de la invasión.
Nueva documentación salida a la luz pública prueba cómo el equipo de descifradores de códigos de Gran Bretaña pudo cerciorarse de antemano de que los nazis habían mordido el anzuelo, lo que permitió autorizar el ataque a cargo de las tropas aliadas. Un anzuelo que fue lanzado por Juan Pujol García, un empresario español de apariencia sencilla que era, de hecho, uno de los doble agentes más eficaces de la guerra. Fue una idea perspicaz que salvó incontables vidas de las tropas aliadas y sin duda aceleró el final de la guerra.
Los nazis creían que Pujol, a quien le dieron el seudónimo de Alaric Arabel, era una de sus mejores fichas, que contaba con una red de espías en el Reino Unido y enviaba información crucial a Berlín a través de un operador en Madrid. Como escuché ayer de mi contacto V AMY (carta KO SP OKDOS n 934, 4 / 44), había 75 divisiones en INGLATERRA antes del inicio de la operación en FRANCIAL o que no sabían era que el español trabajaba para la inteligencia británica, que se refería a él como Garbo.
Casi toda su compleja red de informantes era ficticia y los informes que enviaba a Alemania eran elaborados, en última instancia, para engañarlos.
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