Un veterano agente de la CIA afirma haber encontrado pruebas de que el líder de la Alemania nazi Adolf Hitler y su amante Eva Braun fingieron su propia muerte en su búnker al final de la Segunda Guerra Mundial y luego huyeron a la isla de Tenerife, desde donde viajaron a Sudamérica, según informa el diario británico The Mirror.
De acuerdo con el mismo medio, se trata de una de las conclusiones a las que llegó un grupo de expertos que analizó una serie de archivos del FBI nunca antes revelada. A partir del estudio de los documentos, el agente de la inteligencia estadounidense, Bob Bauer, desarrolla la teoría de que Hitler en realidad no se suicidó, como tampoco Eva Braun, sino que huyeron a Canarias.
“La narrativa que el Gobierno -de Estados Unidos- nos da es una mentira. Si nos fijamos en los archivos del FBI, hay que abrir una investigación”, afirmó Baer, un experto agente de la CIA, en una nota publicada por The Mirror.
Uno de los documentos a los que los expertos tuvieron acceso afirma: “Los oficiales del ejército estadounidense en Alemania no han localizado el cuerpo de Hitler ni hay ninguna fuente fiable que certifique que Hitler está muerto”.
The Mirror también incluye otros testimonios en su información.
“Cuando la guerra llegó a su fin muchos nazis hicieron un éxodo a América del Sur para comenzar una nueva vida lejos de Europa”. De acuerdo a esta hipótesis, Hitler habría viajado en barco desde Tenerife a Sudamérica a reunirse con otros nazis, aseguró por su parte el ex investigador de crímenes de guerra de la ONU, John Cencich, en un documental difundido por la TV británica que asimismo es citado por el diario de Londres.
La llegada supuesta de Hitler a Sudamérica no es nueva. Al contrario, ha alimentado muchas versiones sobre la presunta vida de Hitler en Argentina, luego de haber fingido su propia muerte a través del uso de un doble.
Una de esas versiones fue citada por el diario ABC de España, basándose en el libro “Tras los pasos de Hitler”, del periodista Abel Basti. Según este investigador, Hitler huyó a la Patagonia y al Paraguay tras su huida de Berlín.
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