Endomingado con los colores del partido Ennahdha, Simon Slama parece uno más en la lista islamista. Pero, en realidad es el único candidato de confesión judía para las municipales de Túnez.
Para unos es una operación de comunicación, para otros la prueba de una apertura del movimiento islamista aunque figure en el séptimo puesto de una lista que no parte como favorita para las elecciones del 6 de mayo.
Desde el primer día de campaña, este hombre de 54 años participa con otros candidatos en los mitines.
‘Toda mi familia estaba en contra de mi elección. Mi hermano se enfadó y mi mujer se pasó días sin dirigirme la palabra, pero logré convencerlos’, declara a la AFP Simon Slama.
Pertenece a una de las últimas familias judías de la región tunecina de Monastir, en el este del país. Dice haber elegido Ennahdha por convicción, porque lo considera ‘el movimiento más activo y serio de la escena política’.
‘Ennahdha cambió de estrategia, ya no es un partido religioso, sino civil’, añade este reparador de máquinas de coser, con traje azul y camisa blanca, los colores del partido.
Esta formación se define como moderada. Participa en el gobierno con su gran rival de antaño, el partido Nidaa Tunes, pero no apoyó un proyecto de ley que criminalizaba la normalización de las relaciones con Israel y que finalmente no fue sometido a votación.
Para las primeras elecciones municipales desde la caída de la dictadura, el partido promovió como cabezas de lista a mujeres que no visten el velo islámico.
Los adversario de Ennahdha acusan al partido de ‘explotar’ la candidatura de Slama.
El partido ‘hace striptease político’, declaró a la radio Borhane Bssais, a cargo de asuntos políticos de Nidaa Tunes.
Para otros su candidatura marca la voluntad de los tunecinos judíos de existir políticamente en estas elecciones, un año antes de las legislativas y presidenciales de 2019.
‘Esta candidatura es un orgullo para la comunidad’ judía, afirma René Trabelsi, organizador de la peregrinación judía a la sinagoga de Griba, en Yerba (sur).
– ‘El Corán y la Torá’ –
Simon Slama está convencido de que su candidatura ‘quita una angustia a los ciudadanos judíos tunecinos’ y los incita a ‘vivir su vida normalmente’.
Si es elegido, dice que prestará juramento ‘sobre dos libros’, el Corán y la Torá.
En Túnez, los ciudadanos de confesión judía pueden practicar libremente su religión pero la falta de integración en la vida política es un hecho aunque en su historia el país contó con ministros y diputados de esta religión.
Antes de la independencia del país en 1956, cientos de miles de judíos residían en Túnez. Ahora se calcula que hay unos 1.200, la mayor parte de ellos en la isla de Yerba.
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