Abba Eban, un importante dirigente político israelí y es considerado como uno de los “padres fundadores” del Estado de Israel falleció el 17 de noviembre de 2002 en la ciudad de Petaj Tikva, y está enterrado en Kfar Shmaryahu , al norte de Tel Aviv.
Había nacido en Ciudad del Cabo, Sudáfrica el 2 de febrero de 1915, con el nombre de Aubrey Solomon Meir, y su familia se trasladó al poco tiempo a Gran Bretaña, luego de la muerte de su padre. El joven estudió en una escuela privada de Londres y luego cursó sus estudios universitarios en el Queen’s College de la Universidad de Cambridge. Sobre su formación judaica, Abba Eban cuenta en su autobiografía que los viernes, al terminar las clases corría a la casa de su abuelo quien le enseñaba hebreo, Talmud y literatura bíblica.
En Cambridge estudió lenguas clásicas y orientales, a la vez que era un activo miembro de la juventud de la Federación Sionista, habiendo escrito algunos trabajos en la revista editada por la Federación, a la vez que colaboró con el líder del Movimiento Sionista Mundial, Jaim Weitamann.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial se enroló en el ejército británico, donde por su dominio de las lenguas orientales se desempeñó en el área de inteligencia, y luego de una breve estadía en El Cairo fue enviado a Jerusalem como oficial de enlace con la comunidad judía y se le encomendó la organización de una unidad de resistencia clandestina si la región era dominada por los nazis.
Finalizada la contienda mundial, decidió no regresar a Gran Bretaña, sino quedarse a colaborar con la conducción del Yshuv (la organización que gobernaba a la comunidad judía) integrándose al Departamento de Información de la Agencia Judía que lo envió a Nueva York para participar de las deliberaciones del Comité Especial de Naciones Unidas sobre Palestina (UNSCOP por sus iniciales en inglés) que propuso la resolución 181, de la partición del territorio del Mandato Británico en dos estados, uno árabe y otro judío, que fue aprobada el 29 de noviembre de 1947 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
David Ben Gurion, quien estaba al frente del gobierno del naciente Estado de Israel lo designó representante permanente del Estado judío en la Naciones Unidas a partir de 1948, cargo al que le agregó dos años después el ser el embajador israelí ante el gobierno de los Estados Unidos. Al cumplir con esta simultánea representación diplomática Abba Eban se destacó por sus habilidades retóricas, pues hablaba nueve idiomas con fluidez, lo que le permitió a Israel tener una buena posición entre las naciones que integraban la organización internacional, tan es así que en 1952 fue nombrado vicepresidente de la Asamblea anual.
Abba Eban culminó su representación diplomática en 1959, y regresó a Israel donde fue electo miembro de la Knesset, parlamento israelí, en representación de partido Mapai, liderado por Ben Gurion, quien además era el primer ministro y lo nombro ministro sin cartera y luego ministro de Educación y Cultura en el período 1960-1963.
Al asumir como primer ministro Levi Eskol en 1963, Abba Eban es designado viceministro, cargo que deja en 1966 para ocupar la cartera de Relaciones Exteriores, hasta 1974, año en que tuvo la responsabilidad de demostrar que en 1967, tras la Guerra de los Seis Días, Israel había actuado defensivamente, siendo a la vez un conocido defensor de la postura de intercambiar territorios por paz con Egipto y los palestinos, teniendo un papel importante en las negociaciones que culminaron con la resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En 1974, luego de la guerra de Iom Kipur y antes de dejar el cargo de ministro de Relaciones Exteriores tuvo una activa participación en el acuerdo de separación de las fuerzas de Israel y Egipto.
Retirado del gobierno, Abba Eban continuó siendo miembro de la Knesset hasta 1988, e integrando en la Comisión de Asuntos Exteriores y de Seguridad, que presidió en la cadencia 1984-1988.
Diferencias con las políticas instrumentadas por su partido, el Laborismo, lo hicieron abandonar la política activa y dedicarse exclusivamente a la enseñanza y la literatura, pues con anterioridad ya había incursionado en estas disciplinas, siendo miembro de la Academia Americana de Ciencia, presidente del Instituto de Ciencia Weizmann (1958-1966, profesor invitado en la Universidad de Columbia (1974) y de la Universidad de Princeton.
También fue un autor comprometido con el judaísmo, el sionismo y el futuro del pueblo judío e Israel, habiendo escrito y publicado una serie de trabajos tantos políticos como históricos, como así también su autobiografía: “Herencia: la civilización y los judíos”, “Mi País: la historia de Israel moderno”, “Mi pueblo: Historia de los judíos”, “Diplomacia para la próxima centuria”, entre otros.
También se desempeño como consultor y narrador de series televisivas: “Civilización y los Judíos” (1984), “Israel, una nación nace” (1992), y “Al Borde de la Paz” (1997)).
En 1989 la Universidad Hebrea de Jerusalem le otorgó el título de Doctor Honoris Causa, y en el 2001 recibió el Premio Jerusalem, el máximo galardón que otorga el Estado de Israel.
Casado en 1945 con Susan Ambache, fue padre de dos hijos, Yael y Omri quien es profesor en la Universidad de indiana y reconocido clarinetista.
Realmente un genio, un mench en toda la palabra, recuerdo discursos que realizaba en la UN y lo vehemente y didáctico , era una maravilla escucharlo