El 18 de mayo de 1965 el israelí Eli Cohen, reconocido como uno de los más exitosos espías de los tiempos modernos, fue ejecutado por Siria por cargos de espionaje.
Eli Cohen nació el 26 de diciembre de 1924 en la localidad egipcia de Alejandría, hizo aliá (emigración judía a Israel) en el 57. Tres años después fue reclutado por la Inteligencia israelí y tras una intensa instrucción que incluyó el perfeccionamiento del árabe, el estudio del Corán, fotografiar de forma discreta lugares sensibles y el uso de las comunicaciones, asumió el rol de empresario sirio que vuelve a casa tras unos años en Argentina.
Para establecer su coartada, Cohen se fue a Argentina en 1961 y rápidamente logró vincularse con lo más alto de la aristocracia árabe porteña. Gracias a la ayuda del director de la revista Mundo Arabe accedió a la embajada siria en la Argentina, donde conoció al general Amin el Afezz, agregado militar sirio.
En diciembre de 1961 partió a Siria vía Zurich. Durante los siguientes años, usando el apodo de Kamel Amin Tsa’abet (pronunciado habitualmente como Sa’bet o Tha’bet), Cohen ganó con éxito la confianza de varios militares sirios y oficiales del gobierno.
Si bien Cohen no era James Bond, su inteligencia veloz, su mente retenida, su capacidad lingüística y otros atributos especiales le permitieron ingresar a Siria e incluso su operación más resonante fue un viaje a las fortificaciones sirias de los Altos del Golán.
En 1964 su control fue transferido al Mossad como parte de la reorganización llevada a cabo en los sistemas de inteligencia israelíes. Pero en enero de 1965 fue sorprendido in fraganti por expertos soviéticos enviando mensajes de radio y por este hecho fue condenado por espionaje.
Pese a los esfuerzos internacionales para que Siria cambiase la sentencia de muerte, incluso el Papa Pablo VI pidió por su vida, Cohen fue ahorcado al amanecer del 18 mayo del 1965 en la plaza Marja de Damasco.
Todo un héroe que nunca será olvidado. Z”L
Un verdadero héroe, gracias a el, se pudo tomar todo el Golán, realmente un hombre increíble