El 19 de octubre de 1859 nació Alfred Dreyfus en París, Francia, quien fue el capitán judío del ejército francés condenado por traición y luego declarado inocente. Su caso es considerado el nacimiento del antisemitismo moderno.
El 5 de enero de 1895, Dreyfus fue degradado y condenado a cadena perpetua en la Isla del Diablo, por un tribunal militar que lo encontró culpable de traición a la patria, basado en muy endebles pruebas.
Dos años antes se había encontrado en una dependencia militar alemana un trozo papel, escrito a mano, en el cual un militar francés se comprometía a vender a Alemania documentación militar secreta de su país, y las autoridades militares detuvieron a un joven capitán, Alfred Dreyfus, que estaba a prueba en dependencias de inteligencia, acusándolo de ser el autor de la nota.
Si bien los peritos calígrafos no pudieron confirmar a quien pertenecía la letra del escrito, la declaración de un oficial de inteligencia, el coronel Henry, afirmando que existía documentación secreta, que no se podía divulgar, que involucraba al acusado, fue considerada suficiente para condenarlo.
Alfred Dreyfus era hijo de una familia judía adinerada de Alsacia, que estaba totalmente asimilada a la cultura francesa. Pero el hecho de que fuera judío fue suficiente para que la prensa católica francesa, fuertemente influenciada por intelectuales y políticos antisemitas, lo considerara culpable no bien trascendió su detención.
Se debe tener presente, por un lado que al finalizar, en 1871, la guerra entre Prusia y Francia, Alsacia pasó a ser territorio alemán hasta pocos años antes de que Dreyfus fuera detenido; y por otro que en Francia transcurría lo que se denomina “La Tercera República”, que reemplazó al régimen monárquico luego de la derrota militar a principios de la octava década del siglo XIX, que era fuertemente combatida por sectores de extracción católica identificados con la monarquía, entre los que se contaban muchos oficiales de alto rango del ejército.
Los principales diarios europeos cubrieron las alternativas del juicio que se le efectuó a Dreyfus, entre ellos el influyente periódico liberal de Viena, ”Neue Freie Presse”, cuyo corresponsal en Francia era Teodoro Herzl; quien fue uno de los pocos periodistas a los que se le permitió presenciar la ceremonia de degradación de Dreyfus.
Posteriormente Herzl, padre del sionismo político en sus escritos, explicó que haber visto las manifestaciones que se efectuaron en París tras el juicio, en las que se gritaba «¡Muerte a Dreyfus! ¡Muerte a los judíos!», le hizo modificar su pensamiento respecto a la posibilidad de que los judíos se asimilaran a las poblaciones donde vivían.
En marzo de 1896, un nuevo papel, escrito a mano, referido a la venta de materiales secretos a Alemania es descubierto, siendo la letra la misma del papel que sirvió para acusar a Dreyfus, y el jefe de inteligencia del Ejército francés, el teniente coronel Georges Picquart, en base a pericias caligráficas descubre que pertenecía a un oficial, el mayor Marie Charles Ferdinand Walsin Esterhazy. Picquart informa a sus superiores y considera que es necesario realizar un nuevo juicio. Los generales del Estado Mayor no estaban de acuerdo y decidieron no acusar a Esterhazy y desplazar de su cargo a Picquart.
Mientras tanto la esposa y el hermano de Dreyfus, junto con su abogado, iniciaron una campaña destinada a que se realice un nuevo juicio a Alfred Dreyfus, propuesta que comienza a ser apoyada por varios intelectuales franceses como también por políticos opositores al gobierno.
A mediados de 1897 trasciende a los medios que se había encontrado un nuevo documento relacionado con la venta de secretos militares a Alemania y varios diarios difunden la información, lo que obliga al Alto Mando a ordenar que se juzgue marcialmente a Esterhasy, a la vez que Henry prepara un documento falso que involucra a Dreyfus como el autor de la traición.
Una corte marcial juzga a Esterhazy los días 10 y 11 de enero de 1898, y lo absuelve. Este hecho hace que Emile Zola, uno de los más destacados novelistas franceses de esos años publique, el 13 de enero, en la primera página de “L\’Aurore” de Georges Clemenceau, una carta abierta al presidente de Francia titulada “J\’accuse (Yo acuso)” en la que sostenía que el Gobierno y el Ejército habían conspirado para condenar a Dreyfus por motivos falsos, a la vez que acusó al gobierno y al ejército de haber cometido «traición a la humanidad» al incentivar a la opinión pública con mensajes antisemitas en un intento de desviar la atención popular de sus propios y públicos fracasos.
El “Yo acuso” hizo que se vendieran 200.000 ejemplares de “L\’Aurore” sólo en París, y que la población se dividiese entre quienes sostenían que Dreyfus era culpable y aquellos que consideraban que era inocente.
El Ejército denunció a Zola por difamación, y cuando se lo juzgó fue declarado culpable, por lo que tuvo que huir del país, acusó y condenó a Picquart por difundir secretos militares y envió a la cárcel a Henry, donde se suicido, por haber fraguado un documento de inteligencia.
Esterhasy también huyo, y consultado por los medios cuando estaba en el extranjero confirmó que él era el autor de los documentos encontrados, afirmando que se lo ordenó un miembro del Estado Mayor con el fin de demostrar que Dreyfus era un traidor.
En base a estos hechos, las Cámaras combinadas de la Corte Suprema de Apelaciones analizaron la apelación presentada por el abogado y la familia de Dreyfus para que se realice un nuevo juicio, resolviendo anular el veredicto de 1894 y establece que una nueva corte marcial lo juzgue.
El nuevo juicio se efectuó entre el 7 de agosto y el 9 de septiembre, y Dreyfus, a quien se trajo a Francia, es nuevamente declarado culpable de traición con circunstancias atenuantes, reduciéndole la pena a 10 años de prisión.
Ante el descontento causado por este nuevo veredicto, que abiertamente desconocía que la acusación a Dreyfus se basaba en falsedades, el presidente de Francia, Emile Loubet, que meses antes había permitido que Emile Zola regresara a Francia, indulta a Alfred Dreyfus el 19 de septiembre, y se lo excarcela al día siguiente.
Dreyfus, continúa buscando la anulación judicial de su condena y el 19 de octubre de 1903, el ministro de la Guerra, el general Louis-Joseph André, descubre nuevas pruebas de la inocencia de Dreyfus, lo que hace que el pedido de apelación presentado por Dreyfus sea aceptado y el 12 de julio de 1906 la Corte de Apelaciones de Francia anula el segundo veredicto y al día siguiente la Cámara de Diputados solicita que sea reincorporado al Ejército. El 21 de julio Alfred Dreyfus es nombrado Caballero de la Legión de Honor en una ceremonia en la Escuela Militar, siendo poco después ascendido a mayor.
Cuando las cenizas de Emile Zola, que falleció el 29 de septiembre de 1902, son trasladadas al Panteón de París, el 4 de junio de 1908, Alfred Dreyfus es baleado y herido por Louis-Anthelme Grégori, admirador de Edouard Drumont, uno de los principales ideólogos antisemitas franceses, que en 1886 publicó “La Francia judía”, libro del que ese año se vendieron 100.000 ejemplares.
Al declararse la Primera Guerra Mundial, en agosto de 1914, Alfred Dreyfus se ofreció voluntariamente para el servicio activo, participando en los combates que se desarrollaron en el frente, al igual que su hijo, Pierre; y en septiembre de 1918, fue ascendido a teniente coronel.
Dreyfus fallece el 12 de julio 1935, a los 75 años.
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