En el nazismo, las personas de origen gitano fueron perseguidas y apartadas en guetos y campos de concentración. La mayoría fue asesinada, al mismo tiempo que el pueblo judío. Al tratar este genocidio históricamente invisibilizado, este recurso permite comprender aspectos significativos sobre el período, las causas y las consecuencias de esos hechos.
Se calcula que entre el 25 y el 50% de esta población fue eliminada tanto por las políticas raciales del nazismo como por decisiones de los países aliados, que asesinaron masivamente a las comunidades gitanas.
El 2 de agosto de 1944 el régimen nazi mató, en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, a alrededor de 4.300 personas (hombres, mujeres, niños y ancianos) pertenecientes a las comunidades gitanas.
¿Quiénes conforman el pueblo gitano?
Millones de personas en diversos países y continentes integran el pueblo gitano romaní, una identificación comunitaria que nuclea a un colectivo múltiple y diverso que comparte elementos culturales, históricos y de organización social. Su cohesión se sustenta en esos lazos que les han permitido hacer frente a la estigmatización sufrida durante siglos. Actualmente se reconocen a nivel mundial con la denominación roma o rom, dado que «gitano» es un exónimo (un término ajeno a la lengua romaní), que en varios países tiene una connotación estigmatizante. En Argentina y en la mayoría de los países de habla hispana, aunque se ha ido adoptado progresivamente el término roma, esta población reivindica la denominación «gitano».
Como tanta inmigración ultramarina, la población gitana llegó mayoritariamente a la Argentina entre el siglo XIX y principios del XX desde distintas procedencias, como Hungría, Alemania, Rusia, Serbia, Rumania, España, Portugal y Grecia. A lo largo del siglo XX se dieron diversos movimientos migratorios hacia nuestro país. La razón durante siglos ha sido la misma: el permanente hostigamiento racista.
El pueblo gitano se fue integrando a las culturas locales, adquirió algunas de sus características y realizó valiosos aportes, pero conservó algunos rasgos distintivos: lengua, tradiciones y formas de organización autónoma. Las caracterísicas de este vínculo son inescindibles de la persecución y la discriminación que han sufrido durante prolongados períodos, al igual que los desplazamientos a los que han sido obligados. El antigitanismo es una forma de racismo que viene desde el fondo de la historia, con el Holocausto como capítulo de mayor criminalidad, y que se perpetúa hasta el presente.
¿Qué pasó con el pueblo gitano durante el Holocausto?
La población gitana se encuentra entre las víctimas más numerosas del nazismo, dado que el régimen la consideraba, al igual que a los judíos, una raza inferior o «impura». Por este motivo fue perseguida, encarcelada, deportada y sometida a trabajos forzados y condiciones de vida inhumanas. En muchos casos, eran las propias comunidades locales las que solicitaban su deportación, lo que muestra que sufrieron discriminación incluso antes de la llegada del nazismo.
Dentro de Auschwitz-Birkenau funcionó el «campo de las familias gitanas», que estaba plagado de epidemias. Además, muchos de sus miembros fueron sometidos a experimentos médicos criminales y a la esterilización forzada.
Durante el Holocausto, el régimen nazi y sus aliados en los distintos países de Europa del Este asesinaron a decenas de miles de gitanos y gitanas en los territorios ocupados o en distintos campos de exterminio: Auschwitz-Birkenau, Chelmno, Belzec, Sobibor y Treblinka.
¿Qué es el antigitanismo?
El antigitanismo hace referencia a la discriminación, el racismo y los prejuicios respecto del pueblo gitano. Se manifiesta tanto en actos y expresiones individuales, como en políticas o prácticas institucionales de marginación, exclusión, violencia física y simbólica, como por ejemplo la estigmatización de su cultura y forma de vida, que aparece en los discursos de odio que tratan a este pueblo como grupo foráneo.
El antigitanismo construye estereotipos e imaginarios peyorativos, imágenes distorsionadas y estigmatizantes. Esta forma particular de racismo ha existido durante siglos e integró las políticas de persecución y exterminio del régimen nazi.
Esta forma de discriminación, que puede rastrearse en los inicios de la modernidad en Europa, y no cesó con la culminación del Holocausto. Dado que los prejuicios circulan en distintos espacios con gran aceptación social y política, resulta necesario abordar este tema desde la escuela para desarticularlos y construir una sociedad sin discriminación. Como consecuencia de estos prejuicios, hoy el pueblo gitano no cuenta con una inclusión plena en las sociedades ni con igualdad de derechos y oportunidades.
¿Cómo se recuerda el genocidio gitano romaní?
La visibilización este genocidio durante el Holocausto ha sido compleja porque implicó reconocer los hechos y, a la vez, desandar la lógica del antigitanismo que ponía en duda su carácter de víctimas.
Recién en 1982, después de una lucha persistente de las organizaciones gitanas y cuando ya habían fallecido la mayoría de los supervivientes, el canciller alemán Helmut Kohl reconoció públicamente el genocidio cometido contra ese pueblo.
Mucho tiempo después, en 2005, el Parlamento Europeo aprobó una resolución que reconocía y condenaba el Porrajmos. Pero en 2009, cuando la ONU oficializó la conmemoración del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, olvidó invitar a los representantes del pueblo gitano.
Algunos lugares de memoria han contribuido a visibilizar el Porrajmos, como la instauración de la efeméride del 2 de agosto y la construcción de memoriales. Entre ellos están las llamadas Stolpersteine (piedra de tropiezo), un proyecto ideado por el artista alemán Gunter Demnig en el 50.º aniversario de la deportación de los gitanos de la ciudad alemana de Colonia. Se trata de unos cuadrados de 10 X 10 cm colocados en las veredas, para que los transeúntes «tropiecen», bajen la
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