El 20 de septiembre de 2005 fallece a los 96 años en Viena Simón Wiesenthal, quien ubicó a más de 1.100 criminales de guerra y pasaría a la historia como el más reconocido “cazador de nazis”.
Luego de haber pasado por varios campos de concentración nazis, al ser liberado por las tropas estadounidenses de Mauthausen-Gusen, abandonó su profesión de arquitecto y contador para dedicarse a investigar el paradero de los nazis, que aprovechando el descontrol de los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, evitaron ser detenidos y juzgados por sus crímenes de lesa humanidad.
Nació el 31 de diciembre de 1908 en el seno de una familia judía en Buczacz, ciudad del imperio Austro-Húngaro, actual Buchach, Ucrania. En 1932 se recibió de arquitecto en la Universidad Técnica de Praga y cuatro años después se casó con Cyla Mueller.
Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial vivía con su familia en Leópolis, donde dirigía una empresa constructora, que al quedar la ciudad en manos de la Unión Soviética tuvo que cerrar y se trasladó a Checoslovaquia, donde Wiesenthal y su familia fue arrestada por los nazis.
Mientras que su esposa pudo ocultar su origen judío gracias a falsos documentos otorgados por la resistencia polaca, Simón no lo logró y fue internado en cinco campos de concentración durante más de cuatro años. Allí, fue tomando nota de los nombres de los nazis que fue conociendo o eran nombrados por los soldados y suboficiales y se comprometió a denunciarlos una vez finalizada la contienda bélica.
En 1947, lideró a un grupo de voluntarios que con la finalidad de recoger información sobre los nazis para los futuros procesos por crímenes de guerra fundaron el Centro de Documentación Judía en la ciudad de Linz, Austria. Debido a que tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética sólo se interesaron en juzgar los crímenes de guerra cometidos por los máximos líderes del nazismo, el grupo se dispersó.
Pese a la denominada “Guerra Fría”, Simón Wiesenthal continúo su labor, colaborando tanto con los fiscales alemanes que buscaban ubicar y detener a los criminales de guerra, como también con quienes en el Estado de Israel se dedicaban al estudio de la Shoá.
Fue Wiesenthal quien ubicó a más de 1.100 criminales de guerra, entre ellos los más destacados fueron, entre otros, Adolf Eichman; Karl Silberbauer, que detuvo a Ana Frank; Franz Stangl, temido comandante de Treblinka: y Josef Schwammberger, comandante del gueto de Przemysl.
En los años ‘70 aseguró que muchos ministros del recién formado gobierno socialista de Bruno Kreisky habían sido nazis durante el tiempo en que Austria formó parte del Tercer Reich. Kreisky, también judío, atacó a Wiesenthal y lo calificó de Nestbeschmutzer (pájaro que ensucia su propio nido). A lo largo de los años Wiesenthal recibió muchas amenazas de muerte y, en 1982, explotó una bomba puesta en la parte exterior de su casa en Viena.
En abril de 2003 anunció públicamente su retiro, afirmando que había encontrado a todos los nazis que había estado buscando y les había sobrevivido: «Si hay algunos pendientes, ya son demasiado viejos y débiles para afrontar ahora un juicio. Mi trabajo está hecho».
Tanto el Instituto Vienés Wiesenthal para los Estudios sobre el Holocausto, como el Centro Simon Wiesenthal fundado en 1977 en Los Ángeles, han continuado la obra investigando y localizando también a criminales que lograron ocultar lo que hicieron durante la Segunda Guerra Mundial.
Por su tarea Simón Wiesenthal fue galardonado con la Orden del Mérito del Gran Ducado de Luxemburgo; la Orden del León Blanco en Tercera Clase (República Checa, 1999); Caballero honorífico del Imperio Británico por «toda una vida de servicio a la humanidad»; Medalla de oro del Congreso de los Estados Unidos; Medalla por la Libertad Holandesa; Medalla por la Libertad de Luxemburgo; Legión de Honor francesa: y Condecoraciones de los grupos de resistencia de Austria y Francia.
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