El 28 de marzo de 1921 nació Herschel Feibel Grynszpan en Hannover, en la entonces República de Weimar. Este joven judío polaco, cuya vida estuvo marcada por la persecución y el desarraigo, se convertiría en una figura central en uno de los eventos más oscuros del siglo XX: la Noche de los Cristales Rotos, utilizada por el régimen nazi como pretexto para intensificar su brutal campaña antisemita.
Una Vida de Persecución y Desesperación
Herschel Grynszpan provenía de una familia judía polaca que había emigrado a Alemania en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, con la llegada del nazismo al poder en 1933, la vida para los judíos en Alemania se tornó insoportable. Leyes discriminatorias restringieron sus derechos civiles, laborales y educativos. Herschel, tras terminar sus estudios primarios y un breve paso por una escuela rabínica en Fráncfort, enfrentó dificultades para encontrar trabajo o continuar su educación debido a las políticas antisemitas.
En 1936, Grynszpan emigró ilegalmente a Francia, donde vivió en condiciones precarias y sin documentos legales. Mientras tanto, su familia permaneció en Hannover, enfrentando una creciente hostilidad. En octubre de 1938, las autoridades nazis deportaron a miles de judíos polacos, incluidos los Grynszpan, quienes fueron abandonados en la frontera con Polonia sin recursos ni refugio.
El Atentado que Cambió el Curso de la Historia
La desesperación alcanzó a Herschel cuando recibió una postal de su madre desde la frontera polaca, relatando las penurias que sufrían. Incapaz de ayudarlos y lleno de indignación, el 7 de noviembre de 1938 compró un revólver y se dirigió a la embajada alemana en París. Allí disparó contra Ernst vom Rath, un diplomático alemán, quien falleció dos días después.
Herschel no intentó huir ni negó su acto. Declaró que lo hizo como protesta por el sufrimiento de los 12,000 judíos deportados. Sin embargo, este trágico evento fue rápidamente manipulado por el régimen nazi como excusa para desatar un pogromo masivo contra los judíos alemanes.
La Noche de los Cristales Rotos
El 9 y 10 de noviembre de 1938, apenas horas después del fallecimiento de vom Rath, los nazis organizaron ataques coordinados contra comunidades judías en toda Alemania y Austria. Más de 90 personas fueron asesinadas, 30,000 judíos arrestados y enviados a campos de concentración, y miles de negocios y sinagogas destruidos. Aunque el asesinato fue utilizado como justificación inmediata, documentos históricos revelan que los nazis ya habían planeado este pogromo con anticipación.
Un Símbolo Mundial
El acto de Grynszpan dividió a la comunidad judía. Muchos temían que su acción alimentara aún más la propaganda nazi contra los judíos. Sin embargo, también se convirtió en un símbolo del sufrimiento y la resistencia frente a la opresión. Figuras como Dorothy Thompson, periodista estadounidense expulsada por los nazis en 1934, defendieron públicamente a Grynszpan: “Este chico ha sido convertido en un símbolo… pero la responsabilidad por su acto debe ser compartida por quienes causaron su sufrimiento.”
El Final Incierto
Tras su arresto en Francia, Grynszpan fue entregado a las autoridades alemanas tras la ocupación nazi. Fue trasladado a Alemania y encarcelado en Magdeburgo. Aunque se desconoce su destino final exacto, se presume que murió entre 1943 y 1945.
La historia de Herschel Grynszpan es un recordatorio del impacto devastador del odio institucionalizado y cómo una vida marcada por la persecución puede ser utilizada como herramienta política para justificar atrocidades masivas. Su legado sigue siendo un tema complejo que invita a reflexionar sobre las raíces del antisemitismo y las consecuencias del fanatismo.
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