El 6 de abril de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, se fundó el Comité Judío Antifascista en Rusia con el objetivo de aumentar el apoyo judío a los esfuerzos de guerra soviéticos. Aunque fue encabezado por el famoso actor y director del Teatro Judío Estatal de Moscú, Solomón Mijoels, en realidad fue una iniciativa del gobierno soviético. Otros destacados miembros incluyeron a Ilya Ehrenburg, autor ruso; Solomon Lozovsky, miembro del Comité Central Comunista; y David Bergelson, escritor de yiddish.
El Comité jugó un papel crucial en la recaudación de fondos y apoyo internacional para la Unión Soviética. En 1943, Mijoels e Itzik Feffer realizaron una gira por Occidente, recaudando millones de dólares y donaciones en bienes para el esfuerzo bélico soviético. En los Estados Unidos fueron recibidos por figuras como Albert Einstein y participaron en un gran rally prosoviético en Nueva York.
Sin embargo, tras la guerra, el Comité se convirtió en un blanco del antisemitismo estalinista. En enero de 1948, Mijoels fue asesinado por la policía secreta, y en 1952, Bergelson y Lozovsky fueron ejecutados por orden de Stalin. Solo Ehrenburg sobrevivió, a pesar de sus frecuentes conflictos con las autoridades soviéticas.
El Comité también se involucró en la documentación del Holocausto, trabajando en el “Libro Negro”, un proyecto que recogía testimonios sobre el exterminio de judíos en la Unión Soviética. Sin embargo, este libro nunca se publicó en Rusia debido a la oposición oficial, que prefería enfocarse en las víctimas soviéticas en general.
La historia del Comité Judío Antifascista es un recordatorio de la compleja relación entre el gobierno soviético y la comunidad judía durante la Segunda Guerra Mundial y el período posterior. Su trágico destino refleja el costo humano del antisemitismo en la Unión Soviética bajo el régimen de Stalin.
Artículos Relacionados: