63 años después…
Traducción:
-Señor, tengo que decirle que el tatuaje que tiene en el brazo es bien aburrido, son solamente números…
-Te diré, cuando me lo pusieron yo tendría tu edad y no lo quite para que quede como recuerdo.
-Ahhh… para recordar tiempos lindos de cuando era niño.
-No… para recordar un tiempo en que el mundo se volvió loco. Imagínate estar en un país donde tus propios con-ciudadanos siguen la voz de los extremistas políticos a quienes no les gusta tu religión. Imagínate que te quiten todo lo que es tuyo, que manden a tu familia a un campo de concentración donde tengan que trabajar como esclavos y luego, sistemáticamente, los asesinan. En ese lugar te quitaban hasta el nombre y te ponían un número tatuado en tu brazo. Eso se llama el Holocausto, cuando millones de personas murieron porque eran de otra religión.
-¿Así que usted se dejo el número para recordar los peligros del extremismo político?
– No, querida. Lo dejé para recordartelo a tí.
Son ya más de 63 años desde que terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa. Esta nota está siendo enviada en recuerdo de 6 millones de judíos, 20 millones de rusos, 10 millones de cristianos y 1,900 curas católicos que fueron asesinados, masacrados, violados, quemados, hambreados y humillados mientras que los pueblos de Alemania y de la mayoría del Mundo miraba para el otro lado.
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