A emprender se aprende desde niños…

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¿Quién de nosotros no recordamos algún momento en nuestra niñez en el que deseamos vender dulces y “convertirnos en millonarios” con la venta de nuestras golosinas?

¿Acaso no recordamos las historias maravillosas de nuestros abuelos al llegar este a país, sin otra cosa más que la esperanza en sus mentes, la enseñanza de la Torá en sus corazones y la certeza de que el trabajo es lo que dignifica a los seres humanos y los ayuda a salir adelante? Y, ¡así lo hicieron! Empezaron a salir adelante vendiendo calcetines en los camiones, ropa a pagos en casas a las que acudían semanalmente o cualquier otra cosa que pudiesen hacer para asegurar el sustento para el siguiente día.

¿Acaso no hemos comprado una rebanada de pastel o un chocolate para los chicos que quieren realizar su viaje a Israel y no dejar a nadie sin ir?


¿Recordamos las “famosas cooperativas”, en las que “teníamos” que vender tantos dulces o boletos para un noble fin, o la alcancía de la Cruz Roja, o del Kadimatón?

Todos en algún momento u otro de nuestra vida hemos sido testigos y participantes de alguna de dichas experiencias, y bueno… pues ¿Qué tienen en común todas y cada una de ellas?

¡EL ESPIRITU EMPRENDEDOR!

El espíritu emprendedor es aquel que enciende la chispa para hacer crecer la flama para ir en busca de lo que nos proponemos para iniciar, crear o construir en la búsqueda de un mundo mejor. El espíritu emprendedor es aquel que desarrolla ideas nuevas, que hace crecer negocios, que abre puertas y que encuentra soluciones cuando parece no haberlas por ningún lado.

La clave del éxito de personajes como Warren Buffet*, Walt Disney* o Albert Einstein* y/o algún otro personaje que no es tan famoso, pero es tan grandioso como ellos y seguramente tú conoces, es que ellos empezaron a desarrollar sus sueños desde pequeños, a darles una estructura y a saber que los podían lograr, y esto sucedió porque los empezaron a forjar en la etapa más creativa del ser humano: la niñez.

En Estados Unidos, por ejemplo, el 43% de los jóvenes entre 10 y 17 años están interesados en abrir su propio negocio –según un estudio de Gallup– mientras que 6 de cada 10 estudiantes reciben clases en sus escuelas de cómo iniciar y administrar un negocio. Quizá ahora nos podamos explicar casos como el de Mark Zuckerberg, creador de Facebook.

¿Qué pasa con los mexicanos? Los datos arrojan que no hay una cultura emprendedora bien forjada, y menos en edades jóvenes. En México el 80% de los pequeños negocios que inician quiebran a los dos años de existencia; el miedo y la falta de creatividad paralizan a la gente, desanimándola a que se cumplan sus expectativas.

El 90% de las familias que buscan abrir un negocio y fracasan en el intento provienen de familias no emprendedoras –según investigaciones de Comercio Internacional Mexicano S.A. de C.V.*–  pues, a diferencia de familias emprendedoras, están más acostumbradas a buscar un empleo “seguro” que a “autoemplearse”.

Estos datos y reflexiones nos llevan a cuestionarnos sobre nuestro propio espíritu emprendedor, pero sobre todo sobre aquel espíritu emprendedor que estamos desarrollando en nuestros hijos. ¿Los estamos preparando a emprender? ¿Estamos aprovechando esta etapa maravillosa de su niñez en ayudarlos a empezar a forjar sus sueños?

*Comercio Internacional Mexicano S.A. de C.V. Empresa dedicada a la capacitación de pequeñas, medianas y grandes empresas, creadora del concepto: Business Kids, Emprededurismo y Educación Financiera para niños y jóvenes.

*Warren Edward Buffett es un inversionista y empresario estadounidense considerado como uno de los más grandes inversionistas en el mundo, además de ser el mayor accionista y director ejecutivo de Berkshire Hathaway Warren Buffet. Su padre era corredor de bolsa. Buffett de muchacho, repartió periódicos para ganar algo de dinero y probablemente esto despertó su interés por los medios de comunicación, donde hizo ya adulto varias inversiones acertadas, incluyendo el Washington Post, una acción que le ha proporcionado mucho dinero y que él no parece tener intención de vender.

*Walter Elias Disney (Chicago, Illinois, 5 de diciembre de 1901 — Burbank, California, 15 de diciembre de 1966) fue un productor, director, guionista y animador estadounidense, creador de la marca Walt Disney, de los dibujos animados Disney y de los parques de diversiones Disney. Personaje trascendental en la historia del cine de animación y en la industria del entretenimiento durante gran parte del siglo XX  gracias a su gran influencia y a sus maravillosas aportaciones. De acuerdo con los archivos de la escuela pública del distrito de Kansas City, Disney empezó a asistir a la Benton Grammar School en 1910, y se graduó el 8 de junio de 1911.  Walter no fue un buen estudiante, probablemente a causa de su trabajo repartiendo periódicos, con el fin de aportar en la económia familiar, le costaba concentrarse y con frecuencia se quedaba dormido. Era propenso a soñar despierto y a pasar el tiempo haciendo garabatos. Una anécdota cuenta que alguna vez una maestra le dijo que: “dejará de hacer dibujar ratoncitos, pues así no se ganaría la vida”, a los 15 años encontró su primer empleo cuando un peluquero le ofreció cortarle el pelo a cambio de unas caricaturas para exponer en su negocio.

*Albert Einstein fue un físico alemán de origen judío. Es considerado como el científico más importante del siglo XX. Se trasladó con su familia a Munich, en donde su padre  estableció, junto con su hermano, un comercio en  novedades electro-técnicas de la época.

Albert fue un niño quieto y ensimismado, que tuvo un desarrollo intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa lentitud el hecho de haber sido la única persona que elaborase una teoría como la de la relatividad: «un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su primera infancia, explicaba el científico. Yo, por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor».

Acerca de Sofía Smeke

Sofía Smeke M. es mexicana y es Licenciada en Pedagogía con una maestría en Terapia Racional Emotiva y Conductual (TREC) y Meta-Coach. Ha cursado diplomados sobre Inteligencia Emocional, Terapia de Juego y Descodificación de las enfermedades. Autora de varios títulos sobre el desarrollo de la Inteligencia Emocional en niños y jóvenes. Imparte psicoterapia emocional a niños, jovenes y adultos y su especialización más reciente es sobre la importancia y el desarrollo del Emprendedurismo y la Educación Financiera en niños y jóvenes.

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