Abdullah II, un rey enfadado

Por:
- - Visto 548 veces

Seguramente está de moda enfadarse con Israel. Lo hicieron el presidente español Zapatero en su momento, Obama y hasta Hollande. Total, una culpa más no hace mella en quien la señala, en este caso el dedo del inocente y corto de talla Abdullah II, que tiene que hacer su papel porque de lo contrario lo presionan los palestinos que viven en su reino y que no terminan de ser jordanos. Lo cierto es que mientras no exista una estado llamado Palestina le compete a él ocuparse de los lugares santos del Islam en Jerusalén, lo que significa poner un poco de orden entre sus gentes y llamar la atención de la enfadada juventud que sabe poco más que arrojar piedras y bombas Molotov. Es un milagro que Abdallah, el siervo de Alláh, aún subsista, que reine sobre sus beduinos y enfadados súbditos, tal vez gracias a la asistencia de Israel, el estado de los judíos que de uno u otro modo contribuye a la estabilidad de Jordania. Tarde o temprano tendrá que escoger y no le será fácil. Si corta del todo los lazos con Israel ¡sus enemigos se lo comerán vivo, o bien los refugiados sirios e iraquíes! Ilustrado y astuto como es, sin embargo es incapaz de decirle a los suyos que los israelíes también tienen sus derechos sobre el Monte del Templo, tal y como especifica la Biblia y por supuesto la Historia. Las mezquitas llegaron mucho después y Al Kuds, la Santa, es la tercera ciudad del Islam en orden de importancia, o sea que tienen otras dos para divertirse mientras que los judíos sólo tenemos una y eterna.

Pero la lógica del Islam no es la nuestra. Para sus fieles es todo o nada, sumisión o desprecio. Lo vemos en Siria, Libia y el Yemen. Una carnicería sin fin, el orgullo de matar o morir mártir. La soberbia de llenarse la boca con grandes palabras que ocultan pequeños hechos o ninguno de verdad significativo. La ingenua creencia de Golda Meir respecto de que los países árabes comenzarían a querernos cuando se educaran, tuvieran acceso a las universidades y conocieran un poco mejor la realidad de su entorno, resultó ser poco más que una quimera. Como la primavera árabe que tanto entusiasmo despertara en su momento, un fiasco total. El líder actual de Al Qaeda es médico, y muchos de los islamistas combatientes en Siria que proceden de Europa y América son universitarios altamente cualificados. Eso no los hace más tolerantes, por supuesto. Quizás todo lo contrario. Quizás leen lo que les sucede, a los islamistas, esa lluvia de bombas cotidiana bajo la que se hallan en Irak y alrededores, como el preámbulo de un triunfo indudable. El sadomasoquismo no tiene fronteras, la pereza mental sólo tiene una idea fija: los demás están equivocados dado que la razón la tengo yo. También Irán se arrima al fuego y se confiesa, por boca de uno de sus más altos militares, deseoso de una confrontación con Israel. ¡Pobrecito, no sabe lo que le espera!

Es extraño que los musulmanes no hayan sobresalido en el ámbito de la publicidad, ¡tienen en su seno grandes propagandistas cuya suerte es la ignorancia de quienes los escuchan! El enfado de nuestros ancestrales enemigos no es nada nuevo, se dirige doblemente a nosotros y a los suyos, no vaya a ser que consideren que Abdallah II es un tibio. Es bien caliente pero se contiene, está irritado pero en su justa medida, amenaza pero no del todo. Lo cual es comprensible considerando los difíciles equilibrios que debe hacer. Como descendiente de Mahoma, tiene una espada bajo la almohada. Ojalá no se le clave antes de tiempo.


Acerca de Mario Satz

Poeta, narrador, ensayista y traductor, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Cábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Cábala con su profesión de escritor.Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel.Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas (1970), Los peces, los pájaros, las flores (1975), Canon de polen (1976) y Sámaras (1981).En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológica que, a la manera de La divina comedia, capture el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético.Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su último libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV.Escritor especializado en temas de medio ambiente, ecología y antropología cultural, ofrece artículos en español para revistas y periódicos en España, Sudamérica y América del Norte.Colaborador de DiarioJudio, Integral, Cuerpomente, Más allá y El faro de Vigo, busca ampliar su red de trabajos profesionales. Autor de una veintena de libros e interesado en kábala y religiones comparadas.

1 comentario en «Abdullah II, un rey enfadado»
  1. El rey Abdullah II tiene una difícil decicion que tomar ,paz con Israel o mantener en paz a su pueblo que sin conciencia Jordania. Tarde o temprano tendrá que escoger y no le será fácil. Si corta del todo los lazos con Israel ¡sus enemigos se lo comerán vivo, o bien los refugiados sirios e iraquíes! I
    Para seguir con mas enemigos es serio el problema que enfrenta..
    La PAZ SE VE ya imposible PARA ISRAEL CON LOS MUCHOS ENEMIGOS SIN RAZON..

    Que pasara? El lugar mas Santo para muchos ., lo quieren destruir.

    Grave es esta situacion ., uno mas a la lista.
    Sea la paz la que llegue sera un milagro.

Los comentarios están cerrados.