La adicción es una dependencia a cualquier sustancia o comportamiento que tiene consecuencias negativas para la persona. Hay adicciones a las drogas, al sexo, al juego, a relaciones violentas, a la comida y a otras cosas mas.
El origen de una adicción se puede dar por la búsqueda de placer, presión social, auto medicación para escapar del dolor físico o mental como en el caso de personas que sufren de déficit de atención que utilizan marihuana o alguna otra droga para relajar sus mentes, factores genéticos y para escapar del dolor.
Me quiero enfocar en esta ultima causa ya que es importante entender que no se puede vencer la adicción mientras no se encuentren la fuerza y los recursos en las personas para que puedan sanar ese dolor.
Cuando una persona ha vivido un evento muy fuerte en la vida, especialmente si este evento sucedió en la niñez, como lo son la muerte de un padre, abandono, o abuso sexual o emocional, el niño y mas tarde el adolescente o adulto cargan con un dolor muy fuerte que no pueden aguantar y la salida al alcance de la mano para dejar de sentir es encontrar algo que les duerma ese dolor y les de placer. De ahí el dicho “hay que ahogar las penas con el alcohol”.
La paradoja es que la solución que se da para no sentir, para olvidar el dolor se convierte en el problema. Al principio la sustancia o comportamiento que se eligió para olvidar el dolor da tranquilidad, pero con el tiempo se convierte en adicción y la adicción se apodera de la persona. La persona deja de ser libre y deja de ser ella misma. Se convierte en un títere de su adicción causándose y causándole daño a la gente que lo rodea.
Renata fue abusada sexualmente en su niñez, en la adolescencia empezó a consumir alcohol para dormir el dolor, ahora es madre de 3 niños, sabe que le ha hecho daño a sus hijos y quiere salir adelante, dejar el alcohol por el bienestar de su familia y de ella, al hacerlo sabe que se va a enfrentar con heridas dolorosas y gracias a la terapia y el apoyo de AA sabe también que tiene la fuerza para salir adelante.
José Luis fue abandonado por su padre y vio a morir a su madre a una edad muy temprana. Encontró consuelo en su grupo de amigos y en las drogas. Ahora él es padre y no quiere que su hijo viva lo que él vivió por lo que decidió pedir ayuda y ha encontrado que aunque difícil y doloroso, se puede salir adelante. En su proceso de sanación ha logrado perdonarse, perdonar y pedir perdón y ha encontrado una fuerza maravillosa dentro de él.
No siempre es fácil vencer el ciclo de la adicción ya que el adicto puede estar en negación, la prevención es un mejor camino.
Pensamos que hay dolores tan fuertes que no se pueden sobrellevar, pero existe la ayuda para encontrar la fuerza interior y poder sanar las heridas que se pensaron incurables.
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