Agua. El debate y acción necesarios

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En una reunión con expertos israelíes que habían participado en las pláticas con los palestinos sobre agua les pregunte:

– ¿La próxima guerra será sobre agua?

La respuesta no dejo de sorprenderme:


– Aquí no

Y es que el tema del agua estaba resuelto, no perfecto, pero había un entendimiento que excluía que fuera una causal de guerra y en efecto, agua no aparece como un tema en la relación bilateral entre Israel y Palestina, ya sea porque el arreglo funciona o porque los grupos palestinos dominantes buscan la destrucción de Israel y el agua les es secundaria, aunque no es así para Irán que ya intentó sabotear las fuentes de agua en Israel.

La idea de que las guerras del futuro serán por agua ocupa el centro de un imaginario intentado que se basa en la noción de que el agua es escasa y si algo no alcanza para todos, las partes pelean y se matan para apropiársela. Pero la premisa es falsa: agua hay, está mal distribuida y mal apropiada, igual que la riqueza.

Sobre esta tesis ejemplificamos con tres conflictos reportados por La Jornada en un solo día (8 mayo 2022). La lectura de periódicos mostrará muchos más casos con la característica de que son conflictos de larga duración y mucha injusticia.

Pobladores de 15 de las 74 localidades del municipio de Huautla en Hidalgo retuvieron a dos policías locales y al subsecretario del Gobierno estatal en protesta por la falta de agua que sufren desde hace más de dos meses, pero como en muchos otros casos el tema se relaciona con temas ambientales más profundos como la tala clandestina que prevalece en la región y que entre muchos cosas afecta la recarga de los acuíferos.

Sobre la crisis que se cierne sobre Monterrey, se maneja que han bajado los niveles de agua en las presas, mientras que unos cuantos usuarios (empresas) concentran el usufructo de millones de litros de agua y la pedrera de la empresa Matrimar merma los acuíferos en los municipios aledaños a la Sierra de Picachos, y de paso destruye las montañas, afecta flora y fauna nativas, pero el alcalde panista de Cerralvo, Baltazar Martínez Montemayor, respalda a esta compañía con el argumento de que es la principal generadora de empleos en la región. Metamos al cuadro a la cervecera y FEMSA que florecen gracias a la sed de la ciudadanía.

En la Ciudad de México que vive problemas constantes por el agua, habitantes de Santa Fe y la colonia Tlapechico, en la alcaldía Álvaro Obregón, bloquearon la avenida Vasco de Quiroga, por la falta de agua que padecen desde el jueves pasado, en este caso se trata de un accidente provocado por una empresa que perforó una tubería, y aunque la autoridad estaba atendiendo el problema la gente brincó de inmediato, lo que puede deberse al uso de la oportunidad de los contrarios al gobierno para agravar los conflictos, o a cierto hastío con la situación en general. La toma de calles es una constante política que abordaremos en otra ocasión.

Encontramos ciudades sedientas y empresas glotonas. Este es el reflejo de políticas de crecimiento económico a costa del ambiente y especialmente del agua, considérense los parques industriales o los mega desarrollos urbanos en zonas que CONAGUA ha determinado con acuíferos agotados o con veda para la extracción de agua. Si hay crisis convendría pensar en frenar industrias y entregarle parte de su agua a los habitantes de las ciudades y de paso obligar a esas empresas a tratar el agua y devolverla al sistema de aguas.

El hecho que no vaya a haber guerra no quiere decir que no haya conflicto. La definición convencional de conflicto es que se presenta cuándo dos partes quieren lo mismo y solamente una lo puede tener. El agua se puede compartir, pero es conflictivo cuando una de las partes se apodera del agua despojando a la otra; muchos pueblos han sido despojados de sus manantiales y agua subterránea.

Hay muchos casos emblemáticos de despojo y abuso, siendo uno de los más recientes el de la empresa Danone dueña de Bonafont que despojó del agua a pueblos poblanos creando desajustes ambientales que crearon un socavón de 126 metros en su eje mayor, 114 en su eje menor y 45 metros de profundidad en su centro. Un estudio del Instituto Politécnico Nacional determinó: “El socavón de la comunidad de Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla, es el resultado de la combinación de condiciones de susceptibilidad erosiva en el subsuelo, de eventos hidrometerológicos no observados en los últimos tres años, flujos subterráneos naturales por gradiente hidráulico e inducidos por el intenso aprovechamiento del agua subterránea observada desde hace 15 años en la zona de Santa María Zacatepec, Puebla”. La sociedad protestó y cerró la operación de Bonafont, pero al paso de los meses el gobierno se encargó de restituir a la empresa que arrasa con el ambiente, mientras que indemnizaron a los afectados por el socavón con una casa, pero no a los afectados por la apropiación indebida del agua.

No habrá guerra por agua, pero tendremos múltiples conflictos e impactos sociales, económicos y políticos que se pueden prever y hasta evitar operando la justicia y defensa ambiental, pero para eso hay que frenar el capitalismo salvaje y su impacto sobre el agua.

Acerca de Samuel Schmidt

Chair, International Advisory Board for Immigration Studies. U.S.-Mexico Research Program. UCLA. Director asociado de la revista Araucaria. Director del semanario El Reto. Testigo experto en juicios de asilo político y para frenar deportación de mexicanos en Estados Unidos. Posdoctorado en Historia, University of California, Los Angeles. Doctor en Ciencias Política (UNAM). 35 libros publicados y más de 1,000 artículos. Traducido al inglés, francés e italiano. Pionero en varias áreas de investigación: análisis de redes políticas, estudios sobre humor político, democratización en México, temas fronterizos (agua, migración y seguridad) y sobre Crimen Autorizado.

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