El analista y periodista israelí Ali Schwartz acaba de publicar junto a la política hebrea Einat Wilf “La guerra del retorno”, un libro en el que aseguran que Palestina no quiere un Estado independiente al lado de otro, sino uno propio “en vez del judío”.
En una entrevista con EFE en el Centro Sefarad de Madrid, donde esta semana presentaron su obra, Schwartz critica además la función de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos UNWRA y pide su disolución.
“No quieren un Estado independiente porque lo podrían haber conseguido ya en varias ocasiones, lo que pensamos nosotros es que desgraciadamente lo que quieren no es tener un Estado pegado a Israel, sino tener uno en vez del de Israel”, dice.
A su juicio, tanto la Autoridad Palestina como los propios palestinos así como algunos países árabes “aún no aceptan la existencia de un Estado judío en Oriente Medio”, una región que estos consideran únicamente “árabe y musulmana”.
“Si miras en el mapa, Israel esta rodeado por 300 millones de árabes” y mil millones de musulmanes, “y piensan que por qué hay un Estado judío ahí”, añade.
Frente a este pensamiento, el israelí defiende que su país “tiene derecho a existir”, pues “es un Estado natural en el contexto de la región, no es extranjero, aunque los palestinos y muchos árabes nos vean como alguien a quien algún día echarán de ahí”.
CRÍTICOS CON LA UNWRA
Ambos autores son muy críticos en el libro con la UNWRA, fundada en 1949, tras la guerra árabe-israelí de 1948.
“Supuestamente, iba a ayudar a reintegrar y recolocar a los refugiados, pero 75 años después ni un refugiado ha sido reinstalado; en lugar de eso, de los 700.000 que teníamos en 1948, ahora tenemos casi 6 millones, el problema es casi diez veces mayor”, apunta.
A su vez, reprocha que Palestina cuente con su propia agencia de Naciones Unidas para refugiados, mientras que el resto de países del mundo sean asistidos por el Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur).
“¿En Ucrania, qué hay, un millón, dos millones de refugiados? Hay millones en Siria y Acnur se ocupó de ellos”, y en Sri Lanka, contextualiza el autor, al tiempo que se pregunta “por qué hay una (agencia) para todo el mundo, excepto para los palestinos”.
También, apunta, hay distintas definiciones de refugiado si se es palestino o si se es de cualquier otro país del mundo: “Hubo una propuesta de cerrar UNWRA, pero los países árabes querían una solo para los palestinos porque sabían que, si la comunidad internacional usa los mismos estándares, no habría el problema de los refugiados”.
Y es que, según cree, Palestina quiere “usar” a estos refugiados, que UNWRA estima en cerca de 5,6 millones, dentro de su propio territorio o en otros países de Oriente Próximo, como Siria, Líbano y Jordania.
“Lo quieren para usarlo como herramienta, para tener apoyo diplomático para su agenda, son llamados refugiados de Palestina. Pero dónde está Ramala, no pueden ser refugiados si están en su propio país”, incide.
UN PROBLEMA DE SOLUCIÓN LEJANA
Schwartz conserva la “esperanza” de que el conflicto llegue a su fin algún día, algo que, según estima, pasa por que la Autoridad Palestina “diga que tiene un problema y tengan un diálogo dentro de la sociedad palestina”.
“No pueden tenerlo todo, la comunidad internacional tienen un importante rol mandando el mensaje de que hay cosas que no son aceptables”, insiste.
Un proceso de diálogo y reflexión que implica “cambiar mentes”, “que va a tardar” y para el que pide “más voces, más debate y más conversaciones dentro de Palestina”.
“Vosotros tenéis la fuerza”, dice sobre la comunidad internacional, a la que pide “crear un ambiente de debate dentro de Palestina que sea más fructífero”. “Esa es nuestra esperanza”, remata.
Pese a ello, reconoce tener “menos esperanza” que hace 20 años.”No es que nunca pasará, pero creemos que va a ser más largo de lo que esperamos, yo ya no sé si lo veré, ojalá lo vea mi hija, pero necesitamos que pasen cosas, tenemos que ser activos, hacer cosas para que pase”, concluye.
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