Anécdotas comunitarias, la corrupción y la imagen del país

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A veces, comprender los problemas de un país, un estado, una sociedad, require de mucho estudio y profundos analisis.

A veces una anécdota nos permite comprender el origen y la profundidad del problema que afecta a la sociedad.

En el caso del México actual, donde todos los candidatos, sus equipos de trabajo y la inmensa mayoría de los ciudadanos parecen congelados en una burbuja de aire del pasado sin la habilidad de cambiar paradigmas y ver el país desde una nueva perspectiva con soluciones frescas en vez de restregar viejos problemas con políticas fallidas. Anécdotas como esta podrían quizás permitirles verse en el reflejo de su imagen ante quienes, queriendo a México tuvieron que salir a buscar un futuro mejor en otras tierras y que sin embargo quisieran regresar -aunque sea de turistas- y representan la segunda fuente de ingresos – y la única renovable – del país.


Pero, ¿lo entiende esto el país beneficiado?

¿Lo entienden sus políticos que discuten nubosidades para evitar resolver el problema de fondo que es el reflejado en esta nota?

Veamos:

“El 15 de abril lleve a mi hijo con mis nietos y nuera a Ciudad Juárez (ciudad en la que viví cuando salí del DF y a la que me gustaría regresar, por lo menos a comer y a pasear si no es que a vivir) pero bueno, volviendo al relato, fui a Juárez porque ellos regresaban al DF despues de que vinieron vacacionar a El Paso TX. Yo quería aprovechar el vuelo de Juárez para ir con ellos a compartir buenos recuerdos, y mejor comida, en Juárez.

Y así lo hice.

Los llevé al aeropuerto, los dejé ahí como a las 5 PM y se me ocurrió ir a comer a las cafeterías de Slim donde debo reconocer comí bien – un poco caro- pero bueno, rico.

Al terminar salí, paseando lentamente en mi vehículo por la avenida más importante Diudad Juárez, recordando mejores épocas, y de pronto me para un policía -yo creo que me detuvo por las placas de Texas- y al preguntarle ¿por qué me detiene?, tuteándome me informa que por ir a exceso de velocidad.

Le respondí que quizás esta equivocado porque no he rebasado a nadie o sea que en el peor de los casos voy al parejo con todos, lo cual el ignora. Me pide mi licencia, se la doy y ahí empieza la discusión sobre la velocidad y su inmediata amenaza de que me va a tener esposar y detener la camioneta por ser americano. Por supuesto mal acostumbrado como ya estoy de no dejar que “la autoridad’ abuse de uno no me deje esposar por lo que se me vino encima a forcejear conmigo y de repente, no se de donde, llegaron como 5 patrullas y como 10 patrulleros – de esos que deberían estar buscando narcos, protegiendo mujeres y persiguiendo a criminales (que desafortunadamente no faltan en Juárez)
y entre todos me empezaron a golpear en el piso como cobardes, se llevaron al corralón la camioneta y a mi a la cárcel donde me hicieron un examen médico y registran los golpes que traía.

Después de varias horas paso con una juez que me pregunta mi versión de los hechos.

Le cuento lo sucedido y me dice que me perdona las multas a las infracciones que nunca cometí pero, y aquí viene el detalle, por haberle faltado al respeto a la “autoridad” la misma que inventó la falta para extorsionarme y que no quiso escuchar mis argumentos
que además eran ciertos, ¡tenia yo que de pasar 9 horas de cárcel y pagar $312 pesos!

Ah, ¡la inspiración kafkiana de la corrupción mexicana!

Si eres extranjero y traes dinero al país, te detenemos para robarte; Si no te dejas robar pues te golpeamos y por defenderte, te metemos a la cárcel y te cobramos, legalmente, la mordida que no quisiste darnos pero además, como estamos en México, no aceptamos tarjetas de crédito para el pago (Todo mundo sabe que hay que traer efectivo para que si te asaltan te asaltan otros criminales -con o sin disfraz de policía- tengas algo que darles para que no te golpeen!) pero como yo ya vivo en El Paso se me olvidó traer efectivo para alimentar a la corrupción por lo que solo queda una solución: Consiga el efectivo y lo soltamos.

Claro que no puede usar su celular americano.

(¿Qué no tiene el plan internacional?) Pues no, claro que no lo tengo.

(¿Qué no conoce a nadie a quien llamar a la 1.30 AM para que venga a sacarlo?) Claro que si, están el El Paso.

(Ah que pena pero no puede llamar y menos larga distancia – ¡es muy caro! (Claro es el negocito de Slim para ser el hombre mas rico del mundo ¡y mientras yo me pudro en la cárcel para que el gane otros 0.36 centavos de dólar por minuto!)

Ah, pero en la necesidad, buscando como brincar los obstáculos creados por Slim, la policía y la juez me acuerdo que conozco a alguien a quien, si no han matado, si no ha huido o no ha cambiado su teléfono a lo mejor lo puedo localizar.

Me autorizan una llamada local -menos mal que no me pidieron moneditas….-

Logro localizar a esta persona, somnolienta pero viva, más pobre pero dispuesto a ayudarme – no con dinero pero por lo menos llamando a El Paso (¡Ah al fin, ya le pagué la comida y no me salve de pagarle la larga distancia a Slim!) pero logre informarle a la familia donde estaba para que vinieran a rescatarme – deseando que no vaya a ser que les vean placas de Texas y los paren también aunque, si lo hicieran tampoco sería tan grave porque los traerían conmigo a la cárcel!)

Y así, finalmente llegaron, pagaron la multa por la falta de respecto a quien no se lo merece, y nos fuimos todos -muy despacito despacito- a cenar a El Paso.

Así que primero me disculpo nuevamente con Usted, Sr. Slim pero ya no quiero ayudarle a ser aun mas rico; me disculpo con ustedes mis amigos de Juárez, quisiera verlos más seguido pero no me queda más que invitarlos a que me visiten cuando vengan a El Paso,
me disculpo con cualquier amigo mexicano que se ofenda con mi relato que no es más que anecdótico sin malas intenciones y no.

No me disculpo con los policías ni la Juez disfrazados de “autoridad” y dedicados a atacar, robar y lo que es peor, correr a quienes quisiéramos volver y atacar a quienes deberíamos ser sus mayores admiradores. A Ustedes, autoridades anti-mexicanas disfrazadas de policía les invito la próxima vez que vayan a la iglesia o a donde sea que van a meditar que consideren que ese México nefasto que UStedes están creando día a día es el México que heredaran sus hijos.

A lo mejor así encuentren alguna razón para ser más honestos, más humanos, ¿mejores mexicanos?

Acerca de Alejandro Abeliansky

Alejandro Abeliansky nace en Polonia, desde pequeño muestra interés por las letras y el libre pensamiento. Actualmente radica en la región Tijuana/San Diego.

1 comentario en «Anécdotas comunitarias, la corrupción y la imagen del país»
  1. Interesante relato aunque seguramente no es nuevo y no unico para Mexico. A veces es para recibir un poco de "coima", a veces solamente como manifestacion de la fuerza que otorga el uniforma y nada mas que eso.
    Aqui en Israel en esos niveles no se da la coima pero si el tema del poder. Indirectamente, nadie sabe, el policia que pone multas recibe el premio en el sueldo.
    El 15 de diciembre de 1997 pague una multa Por alta velocidad en la ruta a Eilat, que no estoy seguro que era verdad pero no podia decir demostrar lo contrario.
    El 5 de febrero de 1999 pague una multa por no haber observado un PARE. Absoluta mentira de los policias, como perdi la paciencia "les perdi el respeto" y me detuvieron. Opte por pedir disculpas y que me liberen
    y evitar mas perdida de tiempo.

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