Años más tarde, AIPAC se enfrenta a las consecuencias de sus acciones

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Hasta 2011 durante varios años tenía yo que presentarme a las conferencias anuales de AIPAC en Washington donde miles de participantes de todo el país se reúnen anualmente para fortalecer su apoyo a Israel y hacérselo saber a los gobernadores, candidatos, senadores y congresistas que anualmente los acompañan.

Lo hacía porque entonces estaba – y aún estoy, pero ya sin asistir a estas reuniones- a cargo de la difusión y muchas veces la funcionalidad técnica de varias organizaciones estudiantiles y noticiosas de Estados Unidos, México, Alemania, Inglaterra e Israel -a las que hasta la fecha apoyamos estratégica y técnicamente y con sus publicaciones y que aquí nos reuníamos para discutir problemas comunes y ver como podíamos apoyarnos.

El evento era, y es, un verdadero espectáculo de energía, de poder, de mutualismo entre dirigentes que ahí se convencen unos a otros de la importancia que tiene para ellos apoyar públicamente al Estado de Israel.


Nótese que los participantes en estas reuniones no son israelís, son norteamericanos, -ese es el punto- que ciudadanos americanos, que votan en Estados Unidos, se reúnen para apoyar políticas proisraelís para ayudar a un aliado.

Imagínese que en la misma reunión uno salía de platicar con Hillary para conversar con Dershowitz, o con Bolton o Trump, todos presentes sin importar sus tendencias por una causa común. Políticos, voluntarios profesionistas, grandes y pequeños donadores se reunían para aprender, escuchar, apoyar, emocionarse y trabajar juntos en lo único que realmente los unía a todos: El bienestar de un aliado político y tecnológico en un crisol político multifacético donde lo importante era ayudar a Israel a crecer, a madurar, a vivir en paz.

Cuando Rabin aún vivía, Netanyahu -sí, el mismo, se dedicaba a hacer manifestaciones en su contra. En julio de 1995, Netanyahu dirigió una falsa procesión fúnebre con un ataúd y una soga en un mitin anti-Rabin donde los manifestantes corearon “Muerte a Rabin”.11​ El jefe de seguridad interna, Carmi Gillon, alertó a Netanyahu de un complot sobre la vida de Rabin y le pidió que moderara la retórica de las protestas, lo que Netanyahu se negó a hacer.810​ Netanyahu negó cualquier intención de incitar a la violencia.2312

Rabin desestimó tales protestas o las calificó de chutzpah.2​ Según Gillon, Rabin rechazó sus solicitudes de usar un chaleco antibalas y prefirió no usar el vehículo blindado que le otorgó.1314​ Los partidarios de la izquierda organizaron manifestaciones en favor de la paz en apoyo de los Acuerdos de Oslo. Fue después de una de esas reuniones en Tel Aviv que tuvo lugar el asesinato.3

Años más tarde el mismo Netanyahu inyectó el mismo espíritu en AIPAC y logró por un lado “motivar” a sus fuerzas más radicales y enajenar a sus seguidores más progresistas.

Este año por primera vez en la historia de AIPAC un candidato a la Presidencia no solo se niega a participar, sino que además los acusa de “enemigos de la paz” y se niega a asistir al evento.

Quizás en estas breves líneas no he proyectado lo impactante de esta acción, pero usted debe comprender que ésta es la primera vez que un político importante se niega a participar y peor aún, tratan de justificar su “locura” acusándolo de “antisemita” cuando Bernie es profundamente judío, aunque no necesariamente del tipo que le gusta al AIPAC de ahora, pero que desafortunadamente para AIPAC representa a la mayoría de los millenials judíos de Estados Unidos

Un rompimiento generacional del que ya hemos hablado mucho porque está, provocado por las políticas de Netanyahu que se contraponen directamente con lo que los judíos jóvenes seculares educados de Estados Unidos comprenden como “valores judíos”

Como decía yo antes, fue en ese fatídico 2011 cuando los ‘invitados/seguidores’ de Netanyahu aprovecharon la presencia en el podio de Hillary Clinton para bañarla de insultos por atreverse a decir que lo mejor para Israel era conseguir la paz.

Desde entonces y hasta la fecha, yo no me he cansado de afirmar que esta actitud impertinente solo provoca confrontaciones innecesarias, porque el apoyo a Israel no era para ver quien tenía más razón sino para asegurar su sobrevivencia como una nación democrática para TODOS sus ciudadanos.

En fin, no me corresponde a mi traer nuevos temas a la mesa más que el comentar la triste nota de que la división que tanto advertimos entonces debía evitarse ya se dio.  No solo por la ausencia de Bernie sino también por las tristes situaciones que se dieron en múltiples mesas de trabajo, entre ellas las de “Standing Up for Our Values and Ourselves panel” donde se expuso lo dificil que se ha vuelto ser progresista sionista y pro-israelí en un ambiente donde los trumpistas insisten en que no se puede ser progresista y sionista.

El Panel de Interseccionalidad en AIPAC. Foto de Ariel Sobel.

 

Rami Hod, Director Ejecutivo del Centro Berl Katznelson, tuvo que levantarse a decir que ante las declaraciones del embajador israelí en la ONU -entre otras cosas acusando a Sanders de ser un “ignorante o un idiota” es muy, muy difícil continuar tratando de defender a Israel en particular, pero al sionismo en general en el medio político estadounidense ante esta narrativa tan fuera de lugar y confrontacional.

Hod piensa que si gana Trump, el discurso y las acciones de Netanyahu serán cada vez más violentas, extremistas y difíciles de defender, pero, lo peor, será si pierde Trump y entonces AIPAC -entre otros- tendrá que funcionar ante un gobierno americano cuyos líderes han sido personalmente agredidos, ofendidos por los activistas trumpeanos bajo la cobertura de AIPAC, quitándole a esta su carácter neutral y bipartidista.

“What brings me here today, although listening to the Israeli ambassador to the U.N. is very, very challenging — is that we have our narrative, the progressive Zionist narrative, to maintain.”

AIPAC no es ajena a las causas progresistas entre las que destacan el mejoramiento del nivel de vida en Gaza, la cooperación palestino-Israelí, promoción del bienestar de los palestinos, la situación de las mujeres en la Start-Up Nation, la defensa de los derechos de las minorías en Israel (LGBTQ Equality) sionismo y progresismo, sionismo y feminismo, protección del medio ambiente en Israel y todas las mismas causas que los progresistas defienden en Estados Unidos y que los Trumpistas consideran inútiles o contrarias como el asilo, la igualdad racial, etc. y a cada paso en estas sesiones volvía a surgir la misma duda:
¿Qué debe hacer un sionista progresista cuando una causa de justicia social es violentada en Israel?  ¿Callarse? ¿Ignorarla?

¿Cómo reaccionar cuando defendiendo estas causas los grupos de apoyo resultan antisraelís?

¿Hay que ignorar todo principio a cambio de una defensa ciega de las acciones del gobierno de Israel?

¿O la defensa ciega de estas acciones terminará minándolas y destruyéndolas?

En el panel con líderes de la comunidad Afro-americana especialmente creado para tratar de resolver los conflictos que entre ambas comunidades (negros y judíos en Estados Unidos) han surgido debido al apoyo de los movimientos como Black Lives Matter y the Movement for Black Lives al boicot o a la limitación de apoyo a Israel debido no a su existencia sino a sus políticas.

Más grave aún es el común denominador en esta audiencia de que ser progresista o antipolíticas de Netanyahu es paralelo con ser antisemita, cuando quienes más se oponen a estas políticas son precisamente los jóvenes judíos quienes al ser declarados “antisemitas” simplemente se alejan del sionismo como tal, de Israel en particular.

Un grupo en particular -cada año hay un grupo en particular que es “menos judío” más antisemita” pero que sigue existiendo y creciendo a pesar de estos epítetos- y este año le tocó el “Oscar a la organización judía mas antisemita a IfNotNow, que incluso se reunieron antes y alrededor de la reunión de AIPAC para presionar a los progresistas a no participar en la misma afirmando que éste año, neofascistas europeos, negadores del holocausto y racistas de todos los tamaños destacaron entre los oradores y participantes de AIPAC provocando que AIPAC pierda apoyo entre los demócratas y liberales (que debemos recordar aunque Trump este en la presidencia, representan la mayoría de la población americana y sobre todo la mayoría de la juventud participativa lo cual no presagia buenos tiempos para el futuro si esta linea se mantiene) y que aun cuando su nombre no se mencionó claramente en la reunión, sus posiciones si y aunque fueron acusados de ser “extremistas” grupúsculos de infiltrados” “idiotas que no saben nada” hasta el extremoso adjetivo de antisemita, que al usarse así pierde todo sentido y siembra la semilla que año tras año carcome más y más las entrañas de AIPAC y del sionismo Netanyanista, que viendo crecer las torres y cúpulas de su poder no se da cuenta de lo delicado de los cimientos y cree que desde su rinconcito en levante puede dictar la política de los Estados Unidos donde una reacción tremenda se está cocinando en contra de la corrupción de la presidencia imperial de Trump que tendrá tremendas consecuencias y peores si Israel logra -porque es un esfuerzo que parece enorme-  convencer al mundo que o eres de derecha o eres antisraelí.

Dr. Lauren B. Strauss, Directora del programa de Estudios Judaicos de la American University, tuvo que levantarse y protestar claramente ante el intento de demonizar y des judaizar a Bernie Sanders, quien, dijo, “al igual que IfNotNow’s son judíos aunque no estemos de acuerdo con ellos.”

Lo malo es que, tanto a Strauss, como a otros presentadores en esta conferencia, participar se les está volviendo más difícil por las actitudes confrontacionales de lo que parecía ser la mayoría de los “AIPAquianos” y que ahora se ve y siente obligada a justificar cuando antes solo tenía que disfrutar de participar.

Y lo peor no es esto sino el sesgo que presentaciones como la del vicepresidente Pence le dio a la conferencia usándola como tribuna electoral y partidista lo cual AIPAC durante años evitó exitosamente y fue lo que la convirtió en la gran organización que hoy es.

¿Cómo explicar la presencia del presidente de Serbia (acusado de instigar el genocidio musulmán) en una tribuna judeo-americana para defender Israel de las acusaciones de racismo cuando el racista da un discurso?

¿Vale la pena ‘vender’ AIPAC para que este tipo anuncie que va a poner una oficina con su bandera en Jerusalem?

¿Habrá que poner la Avenida de los Populistas para que ahi Serbia, Filipinas, Honduras, El Salvador, Guatemala y otros iguales que lo han ofrecido pongan por lo menos un PoBox que llene de orgullo a Netanyahu y manche para siempre la legitimidad de la presencia judía?

Y es que este extremismo se extiende en todas direcciones.

Rabbi Gilad Kariv, Director Ejecutivo del “Israel Movement for Reform” protestó porque no había nadie en el panel representando a los ciudadanos no judíos de Israel mientras otros oradores “confundían” o afirmaban que es lo mismo un judío sefaradí que un “mizrahi” (política apoyada por el gobierno de Netanyahu para deslegitimizar la identidad y cultura de ambos).

Hen Mazzig, del Tel Aviv Institute, trató de corregir este “detalle” subrayando que siglos (15 para ser precisos) antes que los sefardís salieran de España su familia ya vivía en Irak -Babilonia- y nunca fueron ni visitaron España o sus comunidades y sin embargo el, es Mizrahi, (oriental/árabe) es judío, ahora también israelí y no ve porque tiene que negar o diluir su identidad para servir a un gobierno populista que a través de sus redes universitarias trata de imponer esta posición.

Nadie lo dijo, pero lo mismo debió haberse dicho de la constante presión por deslegitimizar lo sefaradí llamando a su lengua y cultura “ladino” término que además de ser despectivo denomina a un montón de palabras sin sentido (el ladino es la transliteración de palabras hebreas para quien desconoce este idioma pueda pronunciarlas) mientras el judeoespañol es un idioma con su gramática, literatura, medios etc. que al “confundirse” con el ladino es minimizado hasta ser destrozado y eliminado.

“Debe ser nuestra misión, dijo demostrar que hay más de una identidad judía y que todas son igualmente válidas y valiosas”

“No Podemos defender propiamente a Israel si negamos la ocupación, si negamos la existencia de los asentamientos” Debemos reconocer su existencia, quienes no creemos en ellos debemos oponerlos y debemos defender lo que vemos valioso de Israel para si mismos y para el mundo en general pero, si negamos la realidad, la realidad terminará negándonos a nosotros”.

No podemos dejar el magnetófono en manos del extremo, no podemos callarnos o dejar de participar porque en ese caso estaremos entregando el piso a los extremistas y ellos nos llevarán a su confrontación donde perderemos la justicia y la visión que nos acompaña.

Israel tiene mucho bueno y estamos acá para exponerlo y conseguir apoyos para desarrollarlo, pero no por eso podemos ignorar lo que tiene malo y menos dejarlo callado como si no existiera porque todo lo que dejemos bajo el tapete nos hará tropezar.

El tiempo corre, aun si Trump se reelige en 4 años estará fuera y entonces o sigue siempre una tradición imperial republicana o llegará el momento cuando Israel, por culpa de lo que hoy están haciendo pierda el apoyo sin el cual, por más poderosos que se sientan, no podrán sobrevivir.

Este es un juego ya jugado. Los líderes “israelís” lo jugaron y perdieron con Babilonia; Lo jugaron y perdieron con Roma y ahora ¿vuelven a creer que pueden confrontar a la mano que los alimenta y ganar?

Bipartidismo, objetividad, despolitización así surgió AIPAC,  no para defender a Ben Gurion o a Sharon, a Golda o a Peretz sino solo a Israel independientemente de su líder del momento y de los aciertos o errores del mismo.

Es tiempo de cerrar las diligencias y defender lo defendible: El Estado y toda su población antes de que el partidismo los marque aún más y los empuje a un lado de la historia como ha sucedido siempre con quienes la han ignorado sin darse cuenta que quien lo hace solo acelera su repetición.

Ojalá la actual dirección de AIPAC tenga la visión, el coraje, el valor y la visión de regresar a sus raíces cuando estas aún están ahí, florecientes. ¿Tendrá AIPAC visión 2020?

Acerca de Alejandro Abeliansky

Alejandro Abeliansky nace en Polonia, desde pequeño muestra interés por las letras y el libre pensamiento. Actualmente radica en la región Tijuana/San Diego.

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