“Antes de ir a la cárcel”, Entrevista con Claire Goldfeder

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Bet Ha-Na’ar es un internado correccional ubicado en el moshav Ein Vered, al lado de Tel Mond, para menores de 11 a 14 años en donde el objetivo es posibilitarles la opción de poder reincorporarse a la sociedad.

Los chicos son removidos de sus lugares con entornos irregularidades y conflictivos, y son puestos en un marco con normativas y valores positivos.

Claire Goldfeder tiene 37 años.


Con su marido y sus dos hijos, esta mexicana del distrito Federal llegó a Israel el 2 de agosto del 2000 guiada por su sionismo.

¿Cuándo ingresaste a trabajar a Bet Ha-Na’ar?
Al año de hacer aliá. Pedían una maestra de ciencias y me contrataron.

¿Cuál es tu profesión?
Soy química farmacobióloga, tengo una maestría en educación y me dedico a enseñar.

¿Qué materias das dentro del establacimiento?
Matemática, ciencias y ahora también computación. Trabajo allí tres veces por semana.

¿Qué es lo más beneficioso de trabajar en un lugar así?
El estar en contacto con los chicos, el saber que se rehabilitan, el saber que tengo alumnos que salen de acá y que están bien en las escuelas, reinsertados en la sociedad, el saber que yo puse mi granito de arena para que esto se dé.

¿Y lo más difícil y peligroso de tu trabajo cotidiano?
En tres años nunca he vivido situaciones peligrosas. Les doy confianza y la oportunidad de que se sientan más libres, por eso me la llevo bien con ellos. Sólo una vez me hicieron gestos obscenos y llegó otro chico por atrás, le dijo: “no hagas eso”, y a la tarde lo golpeó. Al día siguiente, el chico que me defendió estaba en castigo porque no tenía por que pegar. Yo no tuve que hacer nada. Otras veces a mis clases han llegado a entrar con una iguana que la traían del rincón de los animales. Me la ponían arriba de mi cabeza y yo daba clases así. Y no me importa, lo que me interesa es que estén en clase. Me pidieron permiso y acepté. Con ellos hay que sobrepasar los miedos personales

Antes nombraste la palabra castigo. ¿Qué tipo de escarmientos reciben?
Por ejemplo tenemos dos hamacas en el jardín en donde se los sienta durante todo el día a pensar y no se pueden ir de allí. O los ponen a correr o los sientan a trabajar. Eso sí, se les respeta ante todo el derecho como ser humano y nunca nadie les pegó, jamás. En mi caso, una vez un chico en la mitad de la clase le quiso pegar a otro, tirándole una silla y yo lo tomé de atrás, por la espalda para poder sujetarlo. Eso fue todo.

¿Hay otros inmigrantes trabajando allí?
No. Soy la única.

¿Dónde duermen?
En tres casas. En cada casa viven 12 chicos. De este modo es más fácil controlarlos. Además, en cada casa hay una responsable (mejanejet(, un guía (madrij) y un coordinador.

¿Cómo son las instalaciones de este internado?
Tiene cuartos de estudio, las casas donde duermen, lavandería, una granja con animales donde los chicos son los encargados de darles de comer y cuidarlos, un salón con aparatos para hacer gimnasia, comedor, sala de computación, cuarto para hacer carpintería, y un jardín con mucho verde.

¿Cómo es el régimen de salidas del establecimiento?
Salen por casas un fin de semana cada 15 días, si se portan bien y regresan el domingo de mañana. Nunca salen todos juntos. Ahora, si no tienen a donde ir ésta es su casa. Hay muchos padres que no les importan sus hijos.

¿Sabés cuál fue el caso más grave que hayan tenido dentro de la institución?
Lo único que te puedo decir es que no tenemos casos de delitos graves o mayores. Para mí son todos iguales, acá sólo las encargadas de cada grupo conocen los casos completamente de cada joven. Pero si hay información que yo deba saber, me la dan. Y si yo considero saber algo, puedo pedirla.

¿Hay gente voluntaria trabajando?
Hay chicos que salen del secundario y antes de ingresar al ejército hacen un año de trabajo social y vienen a trabajar con los chicos.

¿Hay problemas raciales entre ellos?
Muchísimo. Tienen bandas y tratan de desbaratarlas. Se enfrentan unos contra otros.
Es muy difícil. Ellos lo tienen todo a la mano. Acá el reto es controlar los impulsos y el instinto pero teniendo todo a mano.

¿Quién ordena y limpia los cuartos de los chicos?
Si bien hay personal de limpieza, ellos tienen turnos y al que le toca, tiene que limpiar y ordenar el cuarto, recoger la ropa y llevarla a la lavandería. Después pasan a retirarla.

¿Una persona recuperada puede ingresar a un colegio normal?
Sí, pero si la cosa va mal, ingresan a otro internado Mitspe Iam en Hertzlía. Es un lugar más cerrado, están más controlados y a ese lugar se lo llama Maguén que quiere decir seguridad. Esta es la última oportunidad que tienen, esto o ir a la cárcel.

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