– ¿Qué relación tiene la narración poética “El Principito” con el país centroamericano El Salvador? – La respuesta puede ser muy bella.
Descubrir un libro especial como “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, a simple vista aparece como una historia solo para infantes, pero se cae en una pequeña equivocación. Siendo un relato de reflexión casi autobiográfica del escritor.
Calificándose como un paralelismo entre la vida del narrador y la del protagonista, como es el pequeño príncipe.
Saint-Exupéry proviene de una familia aristocrática francesa, precisamente descendiente de Vizcondes. Le complacía dibujar, siendo ansioso de encontrar alguna persona que pudiese comentar sus diseños de Baobabs, cambiadas siempre por sombreros, es este niño-noble que logra ver lo que él realmente creaba. Así mismo el escritor tuvo una niñez solitaria, huérfano de padre (Vizconde Jean De Saint-Exupéry), aspiraba a ser un artista, dibujante acuarelista, como Marie Boyer de Fonscolombe, su amada madre.
Este planeta diminuto, cuyo nombre es Asteroide B 612, no tiene capacidad para tantos residentes, mas en el moran; los resguardados Volcanes (3), la solitaria Rosa y el amistoso Zorro, entre otros. Todo esto, nos trae a la memoria una relación paralela con la descripción de un encantador País Centroamericano como es La República de El Salvador. Uno de los países más pequeños de Iberoamérica, (21.393 km2 menor que Bélgica), con una geografía privilegiada con la fachada al océano Pacifico y la característica interesante de sus innumerables volcanes, como es El salvador o Quezaltepec y maravillosos lagos, ríos que hacen su reducida extensión de cultivo fértil, con plantaciones de caña de azúcar, café y algodón (sureste). Su clima singular con elevadas temperaturas tropicales, suelos generosos, árboles con sus pájaros multicolores, y su doble herencia cultural con la unión de elementos indígenas e hispanos. Saint-Exupéry, al narrar en forma poética, hace imaginar esta nación de fábula y de esa triste, solitaria Rosa reflejando a Consuelo Suncín-Sandoval, su esposa, nacida en estas tierras, (Armenia, Sonsonate, El Salvador) como la única flor del Principito. El Zorro que anhela ser domesticado con una relación que va creciendo lentamente con afecto, la conquista es con delicadeza, paciencia que lo llevará a una duradera amistad.
“El Principito” es un cuento de reflexiones y filosofía de la vida de un hombre por querer superar una vida interior fatigosa. Con una Rosa-Consuelo que lo tomó de la mano viajando por un territorio que lo encantó como a una criatura, pero que no lo hizo superar su conflicto con la vida. El vuelo como piloto, le permitió escribir sueños, mundos poéticos para niños y adultos. Su aspiración de ver un día un hijo propio, siendo el Principito su creación y procreación. La Flor, fue su vida tormentosa pero su única sola pasión que le permitió reencontrarse con su infancia, y su alma. Sumergido en el diseño, en el arte, la critica no le aseguró un futuro, como son los dibujos de las Baobabs, que no fueron comprendidos por los adultos, solo por los ojos del niño pudieron ver la realidad.
La belleza del El Salvador salpica en este mundo, asemejándose a este filosófico planeta, donde se encuentra un egoísta, un borracho, y estos simpáticos volcanes que deben ser deshollinado cada día, o sino explotan.
Es una nación, eje volcánico de América Central, constituyendo una zona de gran inestabilidad sísmica, presente la profunda fosa submarina en la placa oceánica de cocos. Sus movimientos telurios están en un continuo vaivén, así se durmió el Principito. De tiempos ancestrales el maíz es el alimento básico Cultura delmaíz (designando a las culturas de mesoamérica). Su mar pacifico baña sus costas y la mente de crear una hermosa fábula.
Saint-Exupéry deja un relato de sabiduría, amistad, representado por este afectuoso príncipe… La desaparición del escritor francés en 1944 constituye un misterio… Han transcurrido bastantes años y sus restos no se han encontrado todavía…
“El Principito” conquistó nuestros corazones, como Saint-Exupéry… y Consuelo, la flor y los volcanes. En la memoria la maravilla de ver un país como un mágico cuento de niños y adultos El Salvador.
Antes de morir Consuelo Suncín-Sandoval escribe Memorias de la Rosa…
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