Shaná tová umetuká, ketivá bejatimá tová que sea un año dulce y próspero, donde todos seamos cabeza y no cola en armonía con nuestras familias y amigos, donde el amor y la comprensión, sean los pilares que nos sostengan y habiten en nuestra alma y corazón.
Inicia este nuevo año, agradeciendo por la vida y salud que posees, por poder disfrutar un día más al lado de tus seres queridos, por cada una de las enseñanzas aprendidas, por los errores cometidos y las lecciones impartidas; por el pasado que te trajo hasta aquí, porque sin él no serias lo que eres a pesar de ti.
Bendice a tus enemigos porque te enseñaron lo fuerte que eres, también da las gracias por aquellos consejos que esconden una gran bendición; por tus viejos y nuevos amigos que son los abrazos que te envía Di-s y por quienes ya no están hoy contigo físicamente, pero lo están más allá de este momento presente…
(Especial para el DiarioJudío.com de México.)
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