“¡Hola, me apellido Frohlich Weissmann y soy sefardí de pura cepa!” o Porque las listas de apellidos Sefardíes están todas (muy) incompletas.
Últimamente, está de moda ser sefardí, ¿qué se le va a hacer? Las personas buscan para ver si su apellido está en una de las famosas listas. Y si uno abre las listas, empieza a leer nombres como los que todos sabemos: Ayllón, Benbassat, Carbajal, Chicurel, Danon, Eshkenazi, Farhi, Gabay etc. Todos ellos suenan Sefardíes, y lo son. Sin embargo Yosifova, Weissmann, Freund, Schneider y otros Germano-sonantes también lo son. A veces.
En Sefarad, ya desde el siglo X, los judíos al igual de la gran parte de la población utilizaba apellidos. Entre otras razones por el nivel de civilización que existía en el Califato y las subsecuentes Taifas, los judíos sefardíes en general, vivían en el mismo lugar durante muchas generaciones. De ahí los apellidos como Cuenca, Sevilla, Córdoba, etc. Cuando se hace el paralelo con los Ashkenazíes, estos eran, en su mayoría semi-nómadas y vivían en sociedades relativamente primitivas comparadas a lo que existía en la península.
Al llegar la expulsión en 1492, la gran mayoría de los Sefardíes emigro al Imperio Otomano, donde habían sido invitados por el Sultan Bayezid II que vio una enorme oportunidad de prosperidad con esta población exiliada. Recordemos que en ese entonces, el Imperio Otomano se extendía desde Uzbekistán hasta Rumanía donde hacía frontera con el futuro imperio Austro-Húngaro. Los Sefardíes se expandieron a lo largo y ancho del imperio, desde Bakú hasta Budapest. Es importante recordar que es gracias a la tolerancia de sus anfitriones Otomanes que pudieron mantener no solo su religión, sino también su lengua y sus apellidos.
Con el tiempo, las fronteras del imperio iban cambiando según iban ganando o perdiendo territorio en conflictos armados. Uno de estos casos es la caída de Buda en 1666 donde las fuerzas Austriacas arrebatan de manera definitiva Hungría y Transilvania al Imperio Otomano. Para los Sefardíes que vivían en esta región, los cambios se hicieron notar rápidamente, empezando por la imposición del alemán como única lengua vehicular.(Un absurdo total tomando en cuenta que la gran mayoría de la población hablaba rumano o húngaro). Sin embargo el hecho que da la vuelta de tuerca a este relato viene en 1762, cuando un decreto imperial forzó a la población a tomar apellidos. Esto no hubiera sido problema para los sefardíes ya que ellos contaban con uno desde hacía 8 siglos, si no hubiese sido por el pequeño detalle que el apellido tenía que ser en alemán.
Como bien dice el dicho sefardí “Ande fueses, araz lo ke vieses”, los sefardíes tomaron apellidos alemanes, pero como recuerdo a Sefarad hicieron traducciones literarias de ellos. En el ejemplo del título, Los Contente se volvieron Frohlich (feliz, en alemán) los Blanko o Albo, Weissmann, (el hombre blanco), Cuenca-Becken, Ninyo-Kind y otros muchísimos ejemplos. El más curioso, es el apellido Fremd, que se traduce literalmente como extranjero. Y sí, a pesar de las imposiciones, el djudeo-espanyol se siguió hablando en la intimidad, sobre todo en lo que después fue Hungría. Este hecho es importante de remarcar ya que gracias a esto, El Justo entre las naciones, Ángel Sanz Briz, el Ángel de Budapest, pudo salvar a más de 6000 judíos diciendo que eran Sefardíes y por ello protegidos por España.
Otro caso de Sefardim tomando nombres locales sucede en Rusia y los países eslavos. Basta ver un mapa de la región para ver el intercambio claro que existe entre ambas naciones que comparten el Mar Negro. Al igual que en Hungría y Rumanía en cierto momento a los Sefardim les obligaron a tomar nombres rusos o Búlgaros tomando en consideración la tradición búlgara de utilizar el -ov y -ova al final del apellido para mostrar que es hijo o hija de X. Por eso entre los Sefardim se observan nombres búlgaros como Yosifov (hijo de Yosef) Halova, Moscova, etc. Todos estos también nombres sefardíes de gente que mantuvo su tradición e idioma.
El último caso es curioso. Algunos Sefardim emigraron a la Península Itálica después de la expulsión. A pesar de ser bien acogidos al inicio las cosas empezaron a agriarse a mediados del siglo XVI. De principio les hicieron desaparecer sus apellidos judíos (a menos que fuese Levi o Cohen) y les forzaron a tomar como apellido el lugar donde vivían en Italia. Yo tenía un tío que se apellidaba Padova Taranto. Ambas, ciudades en Italia. Otros ejemplos son Capuano y Genova. Aquí también, mantuvieron sus tradiciones y cuando fueron expulsados, la enorme mayoría emigro al territorio amigo del Sultan.
Estos solo son pequeños ejemplos de un mundo de diversidad en lo que se refiere a los apellidos sefardíes. Por esta razón, si uno se siente sefardí le recomiendo que escarbe un poquito, se podría llevar una agradable sorpresa, aunque se apellidase Sourojon Kuyumjinsky. Sí, lo habéis adivinado, también son sefardíes Las listas no sirven, las vivencias y tradiciones, sí.
Kaminos de leche y miel
Esta muy bien argumentado el artículo y no cabe duda de que por allí va el rastro de todas aquellas familias que fueron expulsadas de España en 1492.
Pero también es muy interesante la huellas que a través de tantos años han dejado los sefardíes que se refugiaron en América. La mayoría de ellos encriptados para no ser molestados por el Tribunal del Santo Oficio de la Santa Inquisición. Otros más, asimilados voluntariamente a fin de garantizar que sus descendientes ya no fueran estigmatizados y perseguidos por la iglesia.
La única huella que de estas familias queda, son los nombres de sus descendientes que han ido heredando por tradición y sus apellidos, muchos de ellos relacionados a un oficio o alguna toponimia.
Quienes nunca han perdido el delgado hilo de sus antepasados judíos en México somos realmente pocos. Existen comunidades muy prósperas y numerosas de judíos que llegaron no hace muchos años, pero indagar de aquellos que llegaron en la época de la conquista y en la época colonial, aunque hay muchos testimonios es poco el interés, principalmente porque con el paso del tiempo, se fueron asimilando a tal grado que en sus memorias recientes, sus pasados sefarditas es casi inexistente.
Es el caso de la región de Los Altos de Jalisco, de algunas áreas de Nuevo león, microregiones de Michoacán y Guerrero en donde el recuerdo sefardita está casi extinto y si se tiene alguna pista, es por la gran cantidad de expresiones en ladino que se escuchan en el lenguaje cotidiano de adultos mayores.
Es la primera o segunda alusión a un origen incierto. Se ha dicho históricamente que Asia central son Jázaros. En mi familia, aunque es lógico pensarlo por tener ascendencia en Cataluña y Francia. En donde esta la poca tradición oral de esas familias. Ahora resulta que apellidos como Cohen, Wassermann, Weissmann, Braun o Roth son de origen sefaradí. Nunc, por ejemplo ben Sicilia..es de origen sefaradí.
Disculpad, pero para un servidor seguirán siendo ashkenazies, o como en Italia se les llamaba a los judíos de alemania o Polonia…Tedescos, que teniendo un complicado formato de explicar se deforme en Deustche….alemán.