Aprendiendo la nueva “historia”, gracias a Netanyahu, los israelís podrán rendir homenaje a fascistas polacos

Una reflexión sobre el acuerdo entre Jerusalén y Varsovia por los viajes educativos. Por:
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Hace escasos días, el gobierno israelí acordó con su par polaco , reanudar los periplos de la juventud israelí a Polonia. La condición impuesta  por este último fue  que la juventud israelí amén de visitar los campos de exterminio, visite igualmente espacios que reflejan el sufrimiento y tributo padecido por el pueblo polaco durante la ocupación nazi.

En principio se trata de una exigencia razonable, recuérdese que tres millones de polacos perecieron durante la Segunda Guerra Mundial. Lo que el antedicho convenio es que dejó a un lado y se omite deliberadamente  es que alrededor de 250.000 judíos residentes en Polonia procuraron durante la guerra huir de los guetos, campos de trabajo y de exterminio e incluso de las estaciones de ferrocarril. Al culminar la guerra, sólo sobrevivió un 10 por ciento del guarismo  invocado. La mayoría de los judíos fallecidos fueron entregados por ciudadanos polacos tanto a las autoridades nazis como a la policía polaca o fueron asesinados por los mismos polacos.Incluso en la Resistencia Clandestina Polaca también se exterminaron judíos.En un plano más concreto, se pretende que la juventud judía e israelí  durante su estadía a   Polonia, visite museos   que exaltan la trayectoria de héroes polacos en su lucha contra el comunismo que imperó en Polonia, pero que la vez participaron activamente en la matanza de judíos.


El Instituto Yad Vashem de Jerusalén destinado a perpetuar la memoria histórica del Holocausto Judío, se apresuró a declarar y aclarar   que no tomó parte en la nómina de  los espacios que abordan los crímenes cometidos por los nazis a polacos y que el Gobierno de Israel se comprometió a recomendar en las visitas de sus colectivos juveniles. Acorde a Yad Vashem, en la nómina presentada por el gobierno polaco, se  incluyen museos y espacios   por demás problemáticos y que sus historiadores no visitarán  ningún sitio  que no respondan a la  genuina verdad histórica o aquellos que pretenden distorsionarla elaborando una nueva narrativa.

En declaraciones a un cotidiano israelí, la historiadora y docente  Prof. Havi Dreyfuss -especializada  y todo un referente en el Judaísmo Polaco durante el Holocausto- señaló que la nómina de lugares y sitios reseñados  por el gobierno polaco es abominable, la mayoría dudosa en el mejor de los casos o  ampliamente cuestionable en el peor de los casos.En ambas variantes se  ignoran la intervención de polacos en el asesinato de judíos ampliamente  acreditada y verificada, en otros casos se despliegan enormes elogios a polacos involucrados hasta la médula en el asesinatos de judíos.

La crítica se centra principalmente en el Mueso de la Familia Ulma y en el Museo de «Los soldados maldecidos», rotulo acreditado a los combatientes de la organización clandestina polaca que combatió al comunismo en Polonia así como  en el Museo de la Segunda Guerra Mundial sito  en Gdansk, que según el historiador polaco-canadiense Jan Grabowski su dirección y orientación  responden  claramente a posturas ultranacionalistas.

Un ejemplo de lo invocado aflora en el caso de Josep Korach, a cuya figura se le rinde tributo en el antedicho Museo de loa soldados maldecidos sito a 120 kilómetros de Varsovia.La Dra. Carolina Fanz-socióloga polaca especializada en la historia judía durante el Holocausto y miembro de la Academia Polaca de Ciencias – investigó a fondo la intervención de Korach y su grupo en el asesinato de judíos practicado en el sur de Polonia inmediatamente después de finalizada la Segunda Guerra Mundial.En su estudio, afloran debidamente documentado el exterminio de    decenas de judíos (entre ellos mujeres, niños y sobrevivientes del Holocausto) asesinados por partisanos polacos bajo la  conducción  de Korach o  con su directa intervención.

Investigadores polacos identificados con la postura derechista y  ultranacionalista, sostuvieron que las víctimas de Korach fueron judíos que colaboraron con el régimen comunista o que fueron simplemente asaltados y no víctimas de ataques antisemitas .La Dra. Fanz rechaza esta postura y afirma categóricamente que la intención que animaba a Korach era completar las acciones promovidas por los nazis y tornar la zona  «limpia de judíos».Un ejemplo  trágico fue el de David Garsegrin que retornó a la zona en 1946 con el propósito de restaurar la  sinagoga y la vida judía en la zona y fue asesinado, otro tanto sucedió con otros cinco judíos, entre ellos Lunak Lindberguer y Ludwick Herz que paradojalmente sobrevivieron el Holocausto al ser incluidos en la nómina de OsKar Schindler.

Igualmente el historiador  polaco Jan Thomasz Gros abordó los crímenes de Korach en su libro Miedo, Antisemitismo en Polonia después de Auschwitz, en el cual el propio Korach  reseña en su diario sus propios crímenes, entre ellos los de doce judíos que el 3 de Mayo de 1946 intentaban huir de Polonia.Hay quienes cuestionan la veracidad de su diario  así como la  de otras fuentes provenientes del régimen comunista al cual Korach se oponía y cuestionaba.

Korach fue exterminado en 1947 por los Servicios Secretos de Polonia.El mes pasado el historiador canadiense Prof. Jan Grabowski afirmó que Korach «fue responsable  de la muerte de decenas de sobrevivientes del Holocausto entre ellos el primo de mi abuelo, ahora los jóvenes israelíes tendrán que elogiar su escala de  valores».

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel se afirmó que conforme al convenio suscrito con el gobierno polaco, sólo  existe la  obligación  de visitar  solamente uno  los espacios en los cuales  los polacos fueron exterminados por los alemanes.

Tampoco es unánime la postura de los educadores israelíes en este tópico. Mientras hay educadores que se niegan rotundamente a visitar dichos espacios, hay quienes sostienen lo contrario, pues configura una oportunidad para abordar los dilemas y la tragedia desde una óptica universalista y desde una perspectiva más amplia.Todo joven israelí se pregunta frecuentemente que le sucedería si fuera un judío en el Holocausto, pero  nunca se preguntó  cómo hubiera actuado de haber sido polaco, si se hubiera opuesto al régimen  y pagado tributo al respecto, si arriesgaría su vida para salvar la vida de su vecino judío y su familia  o simplemente hubiera optado por continuar su vida normal en las presentes circunstancias.

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