Nunca antes habíamos presentado en esta sección un libro cristiano pero esta obra exige, a gritos, ser incluida y comentada mas por lo que no dice que por lo que menciona.
Rapturless, La guía optimista para el fin del mundo fue escrito en inglés por Jonathan Welton y ha causado revuelo – y muy buenas ventas- en medios cristianos.
Sabemos que quienes leen este libro lo hacen para aprender, para comprender y para crecer filosófica e ideológicamente todo lo cual nos abre la puerta para que nos metamos en un área diferente a la nuestra pero igualmente interesante, sobre todo porque el libro y todas sus tesis, se basan en ideas y conceptos emanados del antiguo testamento y reformateados en diversas formas a lo largo de los años por los intérpretes del Nuevo Testamento.
Así pues, con la autoridad que nos da el viejo testamento osamos meter nuestra cuchara y comentar este libro con la sola intención de aportar ideas adicionales que quizás, a algunos, les sean de beneficio.
Yo debo reconocer que disfrute de este libro por muchos motivos entre los que destacan que gracias a él conocí y comprendí el “Darbynismo” una corriente que con sus ideas permitió a quienes la seguían mantenerse al margen de los asesinatos nazis e incluso justificarlos gracias a que, de acuerdo con la visión de este grupo protestante, que básicamente predicaba que “los judíos debían ser castigados por su crimen nacional” afirmaba que, de acuerdo a su interpretación del Nuevo Testamento, su destrucción (la de los judíos) provocaría la “ruptura” que permitiría a Jesús volver a la tierra para imponer el reino de Dios habiendo quienes juraban que esto sucedería en 1988 de acuerdo a su interpretación de Mateo 24:34.
Raptureless
Por: Jonathan Welton
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Así, el Darbynismo agrega una justificación protestante a la que ya teníamos del porque de la complicidad Católica justificada por el miedo del Vaticano al triunfo de los comunistas y entre ambas explican el porqué del silencio –y apoyo- de ambas corrientes al movimiento nazi.
En otro capítulo el autor previene a los lectores sobre el nuevo “racismo cristiano” concepto que aplica a aquellos cristianos que sin cuestionar nada toman como positivo todo lo que haga el gobierno israelí afirmando, dice el autor, que ellos creen leer en los actos de este gobierno una “mala lectura y poca comprensión” del concepto de “ruptura” y de la inminente llegada del Mesías.
Más adelante el autor advierte a los cristianos que las constantes referencias a la próxima llegada del Mesías generan desprecio por parte de los no creyentes cada vez que las profecías no se cumplen por lo que recomienda cambiar la perspectiva a una posición que yo identifico claramente como una posición netamente judía:
“Hay que ver, dice el autor, estas profecías del fin del mundo bajo un lente de largo plazo y con una actitud optimista en la que sabemos que algún día sucederá y cuando así sea será bueno” o sea, casi describe la esperanza judía por la llegada –ver veist ven- del Moshiaj.
Más adelante hace una interesante relación de la historia de la iglesia en los primeros siglos, cuando siendo dirigida por judíos buscaba atraer gentiles y la profunda relación existente entre las profecías del antiguo testamento y las de los apóstoles convenciéndose de que en realidad lo que Jesús profetizaba se cumplió en los años siguientes a su muerte con la destrucción de Jerusalém y el inicio de la dispersión forzada (forzada porque ya desde antes los judíos vivían dispersos – por propia voluntad- en todo el mundo romano lo que les permitió sobrevivir a la destrucción del Templo y de Jerusalém).
Sin embargo y el motivo por el que decidí incluir este libro entre nuestros libros comentados es que en su página 113 (¿) afirma, que cuando Jesús hablaba del “final de los tiempos” se refería a que sería el final de la época en la que los judíos, como el pueblo elegido, eran los que tenían acceso exclusivo a Dios –según el autor- periodo este que, nuevamente según él, duró 4000 años, del año cero (judío) al año una de la era común).
Y Sin embargo, según los judíos todo es al revés o sea que los judíos JAMAS consideraron que el termino de “pueblo elegido” les diera acceso directo, o exclusivo o preferencial o línea de pronto acceso ni nada especial hacia Dios, es más, para los judíos, son los justos, de cualquier pueblo, religión, color, época y tamaño quienes tienen acceso a Dios, los justos y solo los justos los cuales no reciben ni un punto extra, ni mención honorifica, ni fast-track ni nada que se le parezca por ser o no ser judíos.
Menciono y aclaro esta afirmación del autor porque en ella se han fundamentado múltiples ataques antisemitas por lo que es tiempo de publicarla y desenmascararla.
Ser el “Pueblo elegido” significa únicamente que quienes pertenecen a él tienen la obligación adicional de cumplir con una serie de requisitos morales cuyo cumplimiento es obligatorio y sin recompensa alguna más que la satisfacción personal de sentirse bien (hay quienes listan 613 de estos requisitos diarios entre cuyo cumplimiento uno tiene además que comer, vivir –con todas sus implicaciones- y dormir.
Mientras que cumplir es una obligación sin recompensa, ser parte del Pueblo “Elegido” y no cumplir estos preceptos es castigado y debe ser reparado de inmediato o a mas tardar en los días entre Rosh Hashone (año nuevo) y Yom Kippur (el día del perdón)
O sea, que el concepto de pueblo “elegido” no se basa en ser mejor y mucho menos en tener acceso exclusivo sino en tener la obligación de tratar de ser mejor (mejor que uno mismo).
En todos los escritos judíos se menciona que cualquier persona que hace algo bueno está en comunión con Dios y que al morir todos los justos – sin importar que religión o credo seguían- irán al paraíso o a la mesa divina donde serán premiados por sus buenas obras.
¿Y cuál es el premio?
Que podrán pasar el resto del tiempo -hasta la día del juicio final (la ruptura, la llegada final del mesías tras la cual el mundo se acaba)- estudiando ¡!
¿Por qué mencionar esto?
Porque también llegó a mis manos una traducción del nuevo testamento al español de una iglesia cristiana de la frontera norte de México donde se afirman una multiplicidad de cosas que según ellos dice el Viejo Testamento que realmente son interpretaciones muy personales de los autores
Por consiguiente, yo aprovecho la aparición de este libro que con tanto detalle leí y considere para recomendarle a TODOS los interesados en el tema bíblico (viejo y/o Nuevo testamento) a leer dos libros:
Primero el viejo testamento en una traducción judía para saber lo que realmente dice este libro.
Desafortunadamente no existen muchas –casi ninguna- buena traducción al Español porque nunca hubo judíos que necesitasen una traducción al Español ni judíos interesados en atraer a nadie de lengua hispana al judaísmo por lo que la traducción se hacía innecesaria dejando el tema, desafortunadamente, en muchos traductores cuyo objetivo era justificar sus pre concepciones modificando, cuando así era necesario, los textos para por su intermedio justificar sus creencias.
Un libro que reemplaza este vacío literario es “Este es Mi Dios” de Herman Wouk que de alguna manera explica lo que significa e implica el ser judío.
En inglés el panorama es mejor porque tanto en gran Bretaña, pero sobre todo en Estados Unidos siempre ha habido un nutrido grupo de judíos incapaces de leer idiomas judíos y que han necesitado de estas traducciones para documentarse:
- Tanakh, an Owner's Manual: Authorship, Canonization, Masoretic Text, Exegesis, Modern Scholarship and Pedagogy
- The Chumash: The Stone Edition, Full Size (ArtScroll) (English and Hebrew Edition) The Torah: Haftaros and Five Megillos with a Commentary Anthologized from the Rabbinic Writings
- Tanach the Stone edition - Student Size (Hebrew and English Edition)
Pero el mejor, como lo hemos dicho anteriormente es el recientemente publicado The Jewish Annotated New Testament y que describe, palabra a palabra el Nuevo Testamento de acuerdo con los términos usados en la época en que se escribió y el significado que realmente tienen y claro el recientemente comentado Lashon Hakodesh que con tanta exactitud explica como el hebreo bíblico unido al arameo y el griego se fundieron en una civilización que fue la que dio a luz ese judaísmo del año 3500 (cero en la Cuenta cristiana) con el Nuevo Testamento y Jesús.
Y claro, si Usted cree que el tema es muy extenso, complicado o difícil de seguir no se preocupe, recuerde, sea una persona justa y cuando muera irá al paraíso y ahí podrá sentarse a leer todo lo que no tuvo tiempo de estudiar acá y solo tendrá como limite el tiempo que quede entre su muerte personal y la llegada del mesías.
Ah, y antes de que se me olvide, ninguna traducción o documento creado por los mal llamados judíos mesiánicos en esta área – no los he leído todos pero los pocos que he leído NO están correctamente traducidos así que, si lo que quiere es aprender, ya de entrada elimine toda esta rama de literatura que sirve a quien quiere fortalecer sus pre-conceptos pero no a quien se atreve a cuestionarlos y busca respuestas.
Mal llamados porque así como no puede haber judíos musulmanes ni musulmanes judíos, ni cristianos musulmanes, etc. tampoco puede haber judíos cristianos. Puede haber cristianos de origen judío, judíos de origen cristiano pero no puede haber, lexicológicamente hablando, judíos cristianos porque ambos términos son, litúrgicamente, excluyentes aunque, humanamente, todos –sin importar las etiquetas litúrgicas- terminamos siendo igualmente humanos.
Raptureless
Por: Jonathan Welton
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