Asaf, Pilar de la Ética Médica

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Este mes de mayo se celebran sesenta años de la independencia de Israel y qué mejor oportunidad para hablar de un pionero de la medicina, hoy honrado sólo por ese país. En su centro, en Tzrifin, a 15 kilómetros al sureste de Tel Aviv, se encuentra el Centro Médico “Asaf Harofé” (“Asaf El Médico”), un hospital fundado a principios del siglo XX durante el Imperio Otomano. Después de la Primera Guerra Mundial, al tomar Inglaterra posesión de Palestina, fungió como hospital militar del ejercito británico y a partir de 1948 toma su nombre actual, formando parte del sistema de salud del Estado de Israel. Con 826 camas y afiliado a la Escuela de Medicina “Sackler”, sus departamentos de investigación, su nivel académico y sus capacidades tecnológicas le han dado fama internacional. Allí se encuentra también una escuela de enfermería de renombre mundial.

¿Pero quién fue el Dr. Asaf? ¿Cuál fue su importancia como para hacerse merecedor de que uno de los hospitales más grandes de Israel escogiera para sí su nombre?

Asaf ben Berahya vivió en el siglo VI o VII e.c. Oriundo de Siria (o quizá Mesopotamia), es mencionado repetidamente con gran respeto como “Asaf Judeus” (Asaf el Judío), por filósofos y autores médicos medievales. Nuestro personaje fue quien inspiró la redacción del Sefer Refuót (Libro de Medicinas) conocido también con el nombre de Sefer Asaf (Libro de Asaf), el trabajo médico más antiguo escrito en el idioma hebreo, redactado por los alumnos del Dr. Asaf con el propósito de revelar su actitudes profesionales tanto en la enseñanza como en la práctica médica.


En la introducción de esta obra, se indica que el contenido del libro trata “de las enseñanzas de Asaf “, siendo ellas “una recopilación de los conocimientos médicos de Hipócrates, (del mismo) Asaf, de Dioscórides y de Galeno”. A pesar de que actualmente no sabemos nada de la vida de ben Berahya, esta declaración es impresionante ya que indica que en la antigüedad se le consideraba al nivel de los otros tres doctores mencionados.

Se sabe que Asaf tradujo al hebreo la literatura médica griega, agregando comentarios propios según su experiencia clínica. Todo esto fue recopilado por sus estudiantes en el libro mencionado. Por lo tanto, el título de la obra, Libro de las Medicinas, no refleja lo que en realidad es; uno pensaría que se trata simplemente de una colección de recetas, pero es toda una enciclopedia, abarcando casi todos los aspectos de la medicina antigua, sin incluir a la cirugía y a la obstetricia.

Hoy día existen copias en las bibliotecas de Munich, Florencia, Oxford y París. También existen fragmentos en las bibliotecas de Venecia, Londres y Baltimore. El tratado jamás ha sido publicado y comienza, como ya dijimos, con una introducción que ofrece una historia de la medicina; el libro en sí incluye, además de la medicina hebrea antigua, elementos de medicinas de otras culturas, principalmente la griega, pero también hindú, egipcia y persa.

El texto contiene secciones largas de anatomía, fisiología y embriología. Consejos e indicaciones de conductas tanto en salud como en enfermedad, recomendaciones en lo que respecta a alimentos y nutrición, y numerosos antídotos y recetas. Hay mención de 123 hierbas (con sus nombres en 5 idiomas) y su valor medicinal. Se describen enfermedades con relación a las estaciones del año, y descripciones del pulso y la fiebre con referencia a varias enfermedades. Es también una fuente de información de costumbres antiguas y ética médica judía. Curiosamente cuenta con una sección de “Medicina para los pobres”.

Es de notar, con gran admiración, que Asaf precedió al médico inglés William Harvey (1578-1657) -considerado el descubridor de la circulación sanguínea- en la postulación de que la sangre circula con el corazón como bomba central. Antes de Harvey se pensaba, tal como Galeno había propuesto, que el corazón mandaba la sangre al organismo, pero era el hígado el órgano que distribuía la sangre. La descripción circulatoria de Asaf fue completamente ignorada por los médicos durante más de 900 años, por no contradecir a Galeno, siendo Harvey quien finalmente lo hace. Sin embargo damos reconocimiento merecido a Harvey pues podemos estar seguros que Harvey desconocía el Sefer Asaf; además, Asaf no menciona la presencia de las válvulas cardíacas ni la diferencia entre las venas y las arterias; fue Harvey quien dilucidó los conocimientos anatomo-fisiológicos actuales de la circulación sanguínea, pero fue nuestro protagonista quien tuvo por primera vez esa noción, ¡con un milenio de anticipación!

El Dr. Asaf fue también llamado Asaf Hayarjoni (Asaf el Lunar), adjetivo que se daba en la antigüedad a quien era versátil en el calendario lunar, o sea, experto en astronomía. Fue considerado autoridad en las ciencias astrológicas, tal como lo mencionan diversos autores en sus obras literarias.

Pero a Asaf se le recuerda más que nada por el juramento médico que él compuso, catalogado universalmente como pilar de las reglas de moralidad que se espera de médicos practicantes. El juramento se encuentra asimismo en el Sefer Asaf. Creado por él para estudiantes judíos, está basado en el Juramento Hipocrático pero adaptado a la idiosincrasia de la religión de éstos últimos. Asaf era sumamente religioso y sus enseñanzas reflejan una ética médica estricta. Es este juramento su legado máximo, por lo que conviene presentarlo.

El Juramento Médico de Asaf:

“He aquí lo que pactaron Asaph ben Berakhyahu y Yohanan ben Zabda con sus estudiantes de medicina y repitieron y juraron con ellos las siguientes palabras:

  1. No causarás intencionalmente la muerte de un ser viviente con una poción de hierbas.
  2. No harás que una mujer que ha quedado encinta por libertina tome una pócima con el propósito de abortar.
  3. No codiciarás la belleza de la paciente femenina con el propósito de relacionarte sexualmente con ella.
  4. No divulgarás los secretos de un paciente quien en tí haya confiado.
  5. No aceptarás recompensa alguna que te pueda haber sido ofrecida para tentarte.
  6. No cerrarás tu corazón a los pobres y sanarás a los necesitados.
  7. No dirás que lo bueno es malo, ni que lo malo es bueno.
  8. No adoptarás el camino de los hechiceros que usan encantamientos, augurios y hechicería.
  9. No codiciarás riquezas ni recompensas extremas.
  10. No solicitarás ayuda en cultos idólatras para sanar mediante ídolos, pues la idolatría es falsa e inútil. Deberás poner tu fe en el Señor, tu Di-s, que es el Di-s verdadero. Pues no es sino Él quien da la vida y quien la quita, quien hiere y sana. No es sino Él quien actúa con justicia y quien sana con piedad y compasión. Ningún designio de Su sabiduría está exento de Su omnipotencia y Sus ojos todo lo ven. No es sino Él quien hace que las plantas curativas crezcan. No es sino Él quien inculca la sabiduría en el corazón de los sabios para que ellos puedan sanar por medio de la abundancia de Su amor y compasión. Pues las naciones ponen su fe en los ídolos quienes no pueden salvarlas de su angustia o librarlas de sus infortunios pues su fe y esperanza están con los difuntos. Aléjate de la idolatría y Él te dará su apoyo para que puedas prosperar en tu camino y así se dirá en boca de todos, que eres exitoso en tu profesión.
  11. Sé fuerte y constante, no dejes que tus manos sean débiles y recibirás recompensa por tu trabajo pues el Señor está contigo mientras estés tú con Él. Si honras Su pacto, sigues sus mandamientos y te aferras a ellos, tendrás buena conducta y todo paciente reconocerá tus aptitudes. Sus discípulos respondieron: Haremos todo lo que ustedes nos han pedido y ordenado, ya que es un mandamiento de la Torá. Y lo haremos con todo el corazón, con toda nuestra alma, con todo nuestro fervor, para hacer y obedecer. No viraremos ni voltearemos a la mano derecha o a la izquierda. Y Asaph y Yohanan los bendijeron en el nombre de Di-s el más supremo, creador de los cielos y la tierra y siguieron exhortándolos y dijeron: Di-s nuestro Señor, Sus santos y su Torá son testigos de que habrán de temerle, que no deberán ignorar Sus mandamientos y que deberán seguir Sus leyes con el corazón recto. Y continuaron:
  12. No deberán codiciar el lucro para ayudar a un hombre a derramar sangre de inocentes. No deberán preparar un mortífero veneno para ningún hombre o mujer para que él o ella pueda matar a un ser humano.
  13. No revelarán los secretos de las hierbas que se usan para preparar medicinas pues podrían mal usarse.
  14. No utilizarán sangre como rito médico.
  15. No intentarán provocar daño en el alma de un ser humano utilizando instrumentos de hierro o usando brasas con fuego, antes de examinar el caso dos o tres veces; sólo entonces podrán dar consejo.
  16. No deberán dejarse llevar por un espíritu altanero.
  17. No guarden en su corazón la venganza del odio en lo que se refiere a un enfermo.
  18. No deberán cambiar vuestras palabras, sabiendo que son correctas, Di-s nuestro Señor no aprueba esto. Sino que respeten Sus órdenes y mandamientos, y sigan Su camino para agradarlo, y sean puros, honestos y rectos.

Y fue así como Asaph y Yohanan exhortaron e hicieron jurar a sus discípulos”.

l famoso Juramento Hipocrático considerado hoy como básico para la conducta moral del médico, es admirado por su antigüedad. Pero la cultura occidental terminó siendo dominada por fundamentos religiosos judeo-cristianos y las cimientes de su conducta médica aceptable aparecen en el Juramento de Asaf por primera vez.

Asaf Harofé, destacado académico de las ciencias médicas al comienzo de la Edad Media y pionero de la integridad profesional de la medicina moderna. Podemos ahora comprender porqué un hospital en Israel decidió homenajearlo tomando su nombre; más bien, sorprendente que otros hospitales en el mundo jamás lo hicieron.

Acerca de Dr. Zvi Avigdor

Se gradúa de médico en México con mención honorífica en la UNAM y cursa su internado y residencia en pediatría, en los hospitales del Albert Einstein College of Medicine en Nueva York. Su historia como profesionista en medicina en vasta llegando a ser varias veces Director de afamados nosocomios en los Estados Unidos.Actualmente practica la medicina privada y es miembro de la Academia Americana de Pediatría además de consultor.Sus escritos han sido publicados en Contemporary Pediatrics y Pediatrics in Review y tiene ya varios años colaborando en "Foro", dando a conocer las biografías de personajes destacados de origen judío en la medicina mundial.

1 comentario en «Asaf, Pilar de la Ética Médica»

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