Baby Yar

Por:
- - Visto 255 veces

Al inicio de la década de los años treinta, la Unión Soviética empieza a dar un giro temible en su política, emplea su fuerza en la desaparición de los Kulaks, pequeños propietarios agropecuarios que conservaban cierta independencia y alta productividad.

Stalin los veía como una intolerable amenaza, hizo de ellos el ejemplo del explotador abusivo para forzar la colectivización, requería de su grano para venderlo en el mercado internacional y así apuntalar la falsa versión del éxito económico. Urgía utilizar esos recursos para destinarlos a modernizar la planta industrial que para aquellos dirigentes, debía ser la vocación natural de la futura patria de los trabajadores.

Los resultados fueron funestos para Ucrania, se desató una hambruna que arrojó millones de muertos, entonces el mundo no se enteraba de la catástrofe que se vivía al interior de aquellas fecundas tierras regadas por el Dniéper. La Policía política soviética llenaba trenes con población local para recluirlos en los gulags -entretanto saqueaba toneladas de grano-, los pocos que permanecían iban muriendo mientras intentaban alimentarse con lo que podían, incluyendo cortezas de los árboles.


Walter Durranty, quien era el corresponsal del New York Times en Moscú, escribía defendiendo al régimen soviético: “En Rusia no hay hambre o muertes por inanición” afirmaba, mientras millones de ucranianos perecían y él recibía el Pulitzer.

En septiembre de 1941 Ucrania era ocupada por los nazis, a las afueras de Kiev, al filo de una pronunciada hondonada, una de las agrupaciones nazis más temidas el 4to Sonderkommando, masacró a 34 mil judíos en dos enfurecidos días. Para enmudecer aquellos gritos de pánico y horror, los soldados alemanes llevaron un fonógrafo y lo pusieron en operación a todo volumen, la eficiencia teutona para exterminar quedaba de manifiesto.

Muy cerca del lugar se encuentra la iglesia medieval de San Cirilo, un hermoso ejemplo del barroco ucraniano y considerada un testimonio fiel de la devoción ortodoxa, hasta allá llegaron los lamentos de aquellos mártires víctimas del odio racial, las paredes de aquel monasterio retumbaron con los sollozos al tiempo que rivalizaban con la música festiva de la muerte emitida por aquel aparato. Al final de la guerra más de 150 mil civiles ucranianos fueron asesinados por los nazis.

Baby Yar fue el nombre con el que se conoció a aquella atrocidad, hoy se recuerda con un monumento que refleja el sufrimiento y el amor al mismo tiempo. Una mole de granito y bronce que simboliza el sacrificio de muchos, en la parte superior se encuentra una madre reclinada besando a su hijo, su cara refleja el dolor del adiós. Al rodear aquel monumento y situarse a las espaldas de aquella mujer petrificada y bajar la mirada, uno advierte que las manos de aquella están atadas, la madre maniatada se despide de su hijo antes de ser asesinada. Sobrecogedor.

En 1991 Ucrania logra su independencia, se respetan sus límites territoriales así como su soberanía, aquel sacrificado país entrega a Rusia todo su arsenal nuclear en un celebrado acuerdo. Con el arribo de Putin y su política de restauración imperial comienza el acoso, se apropia de Crimea y alienta el separatismo en dos regiones al este del país.

La guerra no acabará en el corto plazo, la sed de libertad de Ucrania está contenida por siglos de lucha y opresión. El tirano ruso nunca cederá, las altísimas cuotas de sangre no importan.

Vasili Chuikov, uno de los más renombrados generales soviéticos y comandante en la Batalla de Stalingrado -confesaba taciturno-, al revisar el gigantesco número de bajas de su Ejército al intentar ganar territorio en contra de Alemania: “La sangre es tiempo”.

Acerca de Central de Noticias DiarioJudío

1 comentario en «Baby Yar»
  1. Respecto a una hermosa canción otoñal yiddish acabo de comentar que es gratificante sentir sentimientos humanos.
    Más y junto a los sentimientos , jamás debemos olvidar “ESTAR SIEMPRE PREPARADOS”.
    Nunca más la sangre del judío debe ser derramada por el odio o la prepotencia.
    Siempre alerta y atentos.
    Hay fanáticos que solo desean destruir, sembrar el odio y en lo posible arrojarnos al mar.
    SIEMPRE VIGILANTES Y ATENTOS.
    Estamos viviendo y vendrán tiempos difíciles.
    Mucho más honorable es morir combatiendo que vivir de rodillas.
    SHALOM.

    Responder

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: